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Tasa turística

Peaje de entrada, tasa porcentual o tarifa fija: así cobra el mundo la tasa turística

El hotelero no siempre es el recaudador: también se gravan los billetes aéreos y se obliga a pagar visados

París, Roma, Florencia, Berlín, Amsterdam, Túnez, Dubai, Maldivas, Atenas, Lisboa, Viena, Punta Cana, Cuba, Marruecos... La tasa turística que tiene en pie de guerra al potente sector turístico de la Comunitat Valenciana -y al PSPV hecho un lío ante la voluntad de sus socios de imponer un peaje que reportaría unos ingresos de unos 30 millones-, no es una ocurrencia de ningún político. En prácticamente todos los países, regiones o ciudades del mundo donde el turismo es significativo existe una tasa.

Eso sí, su implantación y modo de recaudación difiere en función de cada caso. Lo más extendido es que el papel de recaudador recaiga en la figura del hotelero, para disgusto del sector, ya que suele ser una tasa municipal y gravar la pernoctación es la única alternativa.

Cataluña y Baleares son los casos más cercanos con tasa turística y en ambas situaciones es una iniciativa autonómica. En Cataluña, por ejemplo, va de los 50 céntimos a los 2,5 euros por persona y día en función del tipo de hotel. Se aplica a mayores de 16 años y a partir de los siete primeros días hay descuentos.

En Baleares, evoluciona de los 45 céntimos a los 2,50 euros por persona y día. En las islas ha generado una profunda polémica: hubo un intento fallido de consolidarla entre 2002 y 2003, con gran desgaste para el Consell hasta convertirse en un argumento de la oposición popular de Jaume Matas. El Gobierno de Antich perdió. En ese espejo se mira, con temor, parte del Govern del Botànic. En 2016, sin embargo, se ha vuelto a implantar. Y quieren doblarla para 2018.

En la mayoría de capitales europeas se aplica en el ámbito municipal. Hay dos versiones: está la tarifa fija, como el euro de Florencia por persona y noche por cada estrella del establecimiento, o Lisboa (1), Venecia (1), o Roma (tres euros al día en habitación a partir de 4 y 5 estrellas; dos en el resto).

Por otro lado, otras capitales cobran una tasa porcentual. Amsterdam o Berlín penalizan al turista con un 5% sobre la tarifa del hotel; Rumanía, entre el 0,5% y el 5%, o Salzburgo y Viena (3%).

Pero el hotelero no es siempre el recaudador. Existen formatos como la tasa aérea, como en Alemania, donde se cobran 8 euros por pasaje en vuelos de la UE; y en otros países como EE UU el Gobierno cobra directamente una autorización de viaje, la Esta, de 14 dólares. Hay países que cobran tasas de salida en el billete, como Marruecos (9 euros) o Cuba, que también lo ha incluido en el billete aéreo (22 euros) recientemente.

Ante esta realidad y la apertura del debate en Valencia, hay argumentos de todos los colores. Mientras las patronales alegan que el mercado no está saturado y que el sector apenas ha superado la crisis, expertos como Alberto Aznar, del despachos Pedrós Abogados, recuerdan que la rentabilidad hotelera en la C. Valenciana ha subido un 15% frente al 2% de la media europea. «Siendo un sector que funciona, las regiones entienden que tiene un sentido cobrarlo. Es el sueño de los gobernantes: le cobras a los de fuera para financiar mejoras a los de dentro», dice Aznar.

Y frente a las críticas de que esta medida penalizaría aún más al hotel frente a las viviendas particulares, el experto señala que ciudades como Florencia, Amsterdam, Londres o París ya han firmado acuerdos para cobrar esa tasa. Allí no se escapan del tributo.

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