«No hay división en el Botànic, seguramente habrá diferentes opiniones, pero siempre solucionamos muy bien nuestros debates». Así cerró filas ayer la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Olta, respecto a la tasa turística que aprobó las Corts a petición de Podemos. Compromís votó a favor, PSPV se abstuvo. Con todo, Oltra despejó balones sobre un posible conflicto en el horizonte del equipo de Gobierno y trasladó que habrá una «reflexión» sobre la propuesta, aunque no detalló cuándo. «A veces no por ir más deprisa se corre más», añadió.

Eso sí, la portavoz del Ejecutivo dejó claro que la futura tasa «no puede ser café para todos». «¿Cuándo se aplicaría? ¿sobre qué contenidos? ¿tendrá en cuenta las diferentes realidades turísticas? ¿será la misma para todo el territorio de la Comunitat, interior o costa? Todo esto son preguntas que tenemos que responder. No es lo mismo un tursimo estacional que desestacionalizado», argumentó. «Tenemos que atender las diferentes realidades del turismo valenciano».

El partido que impulsó la resolución en las Corts, Podemos, quiere que la iniciativa salga adelante en forma de ley. La idea del partido morado es que no caiga en la maraña de resoluciones y acuerdos que se cerrarán con los presupuestos, si no que se convierta en una norma aparte con su propio desarrollo.

Por su parte, el conseller de Hacienda, Vicent Soler, apostó ayer por crear una fórmula «a la valenciana» para su aplicación que vaya siempre de la mano con el sector turístico. Soler destacó que este tipo impositivo está «generalizado» en casi todos los países de Europa, pero, sin embargo, se inclinó por «no repetir la fórmula», sino encontrar una «alternativa valenciana» para su aplicación, ya que existen «mucho modelos de turismo en la Comunitat».