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Análisis

Surrealismo en las Corts

Tensión, errores en la votación y charanga de madrugada marcan la segunda sesión de la cita parlamentaria

Surrealismo en las Corts

Catorce horas de sesión parlamantaria hasta entrada la madrugada que estuvieron a punto de convertirse en veinticuatro fue lo que duró la segunda jornada del debate de Política General, la cita política más importante de cada ejercicio, pero cuyo formato aboca año tras año a las Corts al surrealismo. El penúltimo debante de la legislatura del Botànic no fue una excepción y la jornada reservada para las propuestas de resolución dejó escenas tensas y otras que podrían sonrojar a más de uno. Y es que su propia configuración (cientos de resoluciones que sus señorías deberían estudiar de madrugada y que se discuten en bloque y con apenas un minuto de tiempo) aboca a la inutilidad. El paquete de propuestas (que no son vinculantes) está abierto al mercadeo: contentar a unos, fastidiar a otros, vender la gestión (caso del Consell) o atacarla (oposición). El resultado es un debate muy alejado de la calle y proclive al esperpento. Aunque el intento de los partidos de modernizar el debate fracasó (el PP se negó, aunque sus razones hay que buscarlas en otro lugar), la sesión de ayer aporta nuevos argumentos para sondear otro pacto.

El momento más tenso

La amenaza de los críticos de C´s para ganar visibilidad en las Corts

Los diputados no adscritos procedentes de Ciudadanos, capitaneados por Alexis Marí, estuvieron a punto de convertir la jornada en una pesadilla ya que amenazaron con ejercer su derecho a pedir votación separada de cada una de las propuestas. Esto habría añadido once horas más al debate, obligando a todo el personal (técnicos, ujieres) a pasar la noche en vela. Marí avisó a primera hora de la mañana a la Mesa de sus intenciones como forma de protesta por el «ninguneo» al que creen son sometidos desde que dejaron Ciudadanos. El presidente de las Corts, Enric Morera, llegó a sopesar suspender las votaciones al día siguiente, lo que habría sido un gran problema para el PSPV que ayer tenía a Pedro Sánchez en València. La tensión fue in crescendo y durante la tarde Morera y los síndicos de PSPV y Compromís trataron de disuadirlo. El enfado con su antiguo aliado fue monumental. En el último momento, Marí rectificó, pero advirtió que si la Cámara no les concede ser agrupación de diputados (una fórmula que les permite mayor participación y recursos), aplicarán la regla de la votación separada en los próximos presupuestos. Ha dado un utltimátum de tres meses. El problema es que Ciudadanos se niega a cualquier cesión y mantiene su amenaza velada de romper los acuerdos con la izquierda en ayuntamientos.

Errores de madrugada

Podemos vota con el PP para revisar el impuesto de donaciones

La falta de sueño y la acumulación de horas de trabajo jugó malas pasadas a los diputados y diputadas. Podemos dio sus votos a una propuesta del PP para revisar el impuesto de sucesiones y donaciones. Esta medida que busca bajar este impuesto forma parte del ADN del PP (Ciudadanos también lo apoya) pero es filosóficamente contrario a la política fiscal de la izquierda, y, especialmente, de la formación morada. La equivocación no tendrá las consecuencias que sí tuvo cuando, también por error, Podemos votó con el PP enmiendas al presupuesto de 2017, pero dejó ojiplático al PSPV, que llegó a dudar de las intenciones de un socio que este debate le ha puesto en un aprieto con las propuestas de la tasa turística y el sistema de depósito de envases. Errores en el voto, aunque sin trascendencia, hubo en todos los grupo: Juan de Dios Navarro, Víctor Soler y Blanca Garrigues, en el PP; Rosa Peris, en el PSPV, fueron algunas de las señorías que se despistaron.

Agricultura en blanco

La ausencia de un diputado hizo decaer una decena de propuestas

La decena de propuestas de resolución presentadas conjuntamente por el PSPV y Compromís como consecuencia de los anuncios lanzados por el presidente Ximo Puig el pasado miércoles no pudieron aprobarse. El responsable de defenderlas en el hemiciclo, el diputado de Compromís, Juan Ponce, se despistó y en el momento que le tocaba intervenir no estaba presente. Las propuestas decayeron y no pudieron votarse.

Escaños vacíos en el Gobierno y los grupos

La demostración de que la segunda sesión del Debate sobre el estado de la Comunitat debería repensarse es el escaso interés que despierta entre los propios políticos. Hubo escaños vacíos durante toda la jornada, especialmente, a primera hora de la tarde, tras la pausa de la comida. Puig se dejó caer por la mañana y el resto de consellers hicieron acto de presencia de forma puntual. Quien aguantó más rato fue Vicent Soler.

Había diputados que directamente predicaban en el desierto ante un hemiciclo semivacío o con diputados dedicados a otros menesteres. Por las redes sociales circuló un vídeo de la síndica Isabel Bonig con unos cascos de audio puestos y moviéndose al son de la música en su escaño, mientras hablaba la diputada de Podemos Llum Quiñonero. No fue este el único momento de chanza. Ya de madrugada a Bonig y a su mano derecha, Eva Ortiz, les entró un ataque de risa, mientras que las diputadas de Podemos tararearon pasodobles. Morera hizo de comentarista cómico de varias propuestas. El canal de televisión para seguir el debate en las votaciones no se activó cuando a las once de la noche comenzó el voto. Eso se ahorró la opinión pública.

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