Compromís no cede en sus planes sobre la tasa turística a pesar de las dudas que genera en los socios en el Consell. La diputada provincial de Turismo, Pilar Moncho, alabó ayer las ventajas sociales del nuevo impuesto durante la reunión del consejo rector del Patronato de Turismo de València.

La posición de la representante de Compromís contrasta con la tibieza mostrada el día anterior por el presidente de la corporación, Jorge Rodríguez, en la línea de las dudas que el gravamen genera en el PSPV, que no quiere abrir un foco de conflicto con el sector y que se abstuvo cuando Podemos sacó adelante la pasada semana una resolución en las Corts para impulsar el gravamen.

Que Compromís está a toda máquina con la citada tasa lo demuestra que, ayer mismo, el director general de Tributos, Eduardo Roca (una de las áreas bajo el control de la secretaria autonómica de Hacienda, Clara Ferrando, defensora del gravamen), mantenía una reunión interna sobre la aplicación de la tasa.

Según ha podido saber este diario, los análisis están avanzados de cara a una aplicación del tributo que podría ser rápida. Todo dependerá de la posibilidad de un acuerdo entre socialistas, Compromís y Podemos. Y de la forma en que se desarrolle: una tasa autonómica sería técnicamente fácil de imponer; la aplicación libre por los municipios, como defiende el PSPV, sería más compleja, según las fuentes.

En esta línea, la responsable del área provincial de Turismo aseveró ayer «cómo en ninguno de los lugares donde ya se aplica este gravamen, como Cataluña y Baleares, ha afectado negativamente». «Al contrario, el gobierno balear prevé recaudar 120 millones de euros el año que viene que pueden ser invertidos para mantener las instalaciones y ofrecer un servicio de alta calidad».

Moncho agregó que sería «una cantidad, mínima, entre 0,5 y dos euros» por pernoctaciones de turistas en hoteles, apartamentos, cámpings y otros alojamientos.

El PP aprovecha la grieta y ha presentado una moción para que se aborde el tema en el próximo pleno de la diputación y la confrontación quede evidente.

Mientras, el titular autonómico, Francesc Colomer (PSPV), insistió ayer en exigir el visto bueno del sector. La vicepresidenta, Mónica Oltra (Compromís), en un papel más institucional que Moncho y otros compañeros de coalición, defendió que la tasa debe surgir de un proceso «con calma, serenidad y diálogo de todas las partes». Y recalcó que el Consell no se ha impuesto ningún tipo de plazo, recogió Europa Press.

Pero el sector empresarial no transige. La Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV) expresó ayer su «rechazo frontal» a la posible implantación de la tasa turística.

La entidad subraya «las consecuencias negativas» que podría suponer en las pequeñas empresas de hospedaje representadas en esta asociación, principalmente hoteles familiares, pensiones, albergues y hostales juveniles.

El tributo acentuaría «el agravio comparativo entre oferta reglada y oferta ilegal que ya existe en este momento», señaló.