Pasan los años, el IVAM va camino de las tres décadas, y la propiedad del edificio continúa siendo confusa. Pasa que parte de los terrenos sobre los que se levantó (los de la zona de la explanada) eran de la Diputación de València, lo que le ofrece derechos sobre el inmueble. Así pues, el museo no lo puede registrar en su contabilidad y el informe de la cuenta general da cuenta de esta anomalía, que persiste a pesar de que ha sido expuesta en las auditorías.

Todo se solucionaría con un acuerdo para una permuta de terrenos entre la corporación provincial y la Conselleria de Educación y Cultura (la responsable del IVAM), pero este no llega, pese a que el centro de arte «viene realizando gestiones desde el año 1993 ante la conselleria y durante 2016 se han reiterado las mismas».

La última comunicación entre ambas administraciones, desvela la cuenta general, es de marzo de este año, pero sin resultados. Fuentes del IVAM aseguran que la situación continúa sin resolverse.

En esa fecha estaba previsto que la conselleria solicitara «la mutación demanial» a la diputación necesaria para completar el expediente de cesión de uso del inmueble. Es el paso imprescindible para adscribir el edificio al museo, valorarlo y poder incluirlo en la contabilidad, que es lo que los auditores reclaman.

La cuenta general echa en cara a los responsables públicos que la observación sobre el edificio se repite en los sucesivos informes sin que se haya puesto solución.

Impago del ministerio

La documentación contable referida al año 2016 destaca asimismo el impago de la aportación prevista del Ministerio de Educación y Cultura. Eran 171.880 euros consignados en los Presupuestos del Estado con los que el IVAM contaba y que fueron víctima (no es la primera ocasión, por otra parte) del cierre del ejercicio presupuestario decretado por el Ministerio de Hacienda meses antes de que acabara 2016. Pese a las gestiones realizadas por el museo, no hubo ingreso del ministerio, cuyo logotipo sí continuó apareciendo en los folletos.

El centro de arte palió este agujero con fondos propios procedentes de patrocinios y otros ingresos. En concreto, la recaudación por entradas pasó de 39.043,5 euros en 2015 a 69.702,9. La de patrocinios evolucionó de 68.806 euros a 114.132.