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Análisis

Ofensiva total de Podemos

La nueva dirección sube el tono en las Corts y en València y marca ahora sus líneas rojas ante los presupuestos del Consell

Estañ y Meco, ayer en la presentación de la estrategia de Podemos con los presupuestos. efe/kai fösterling

Sin cifras cerradas pero con las prioridades claras; en tono abierto y dialogante pero con las líneas marcadas y una velada amenaza sobre la mesa: Podemos no apoyará los presupuestos de la Generalitat si no se recogen sus peticiones.

Políticas sociales, cambio de modelo productivo y regeneración democrática son los tres ejes bajo los que se engloban medidas como paliar la pobreza farmacológica, la implantación de la tasa turística, la eliminación de barracones o el refuerzo de la justicia. Podemos ha subido el tono de su discurso y los presupuestos serán el reflejo de ese pulso.

Y no es el primero. La nueva dirección del partido ya avisó a los socios del Botànic, y las cuentas representarán la verdadera prueba de fuego para el secretario general de Podemos elegido el pasado mes de mayo, Antonio Estañ, quien ganó las elecciones internas prometiendo una línea más dura respecto al Ejecutivo valenciano y la dirección estatal representada en la figura de Pablo Iglesias.

La sede del partido acogió ayer una rueda de prensa para explicar la «estrategia para la negociación de los presupuesto de la Generalitat». Cualquiera podría pensar que las estrategias son lo último que se desvelan cuando de sacar adelante un acuerdo ventajoso se trata, pero en Podemos entienden que es una medida más de presión para que Ximo Puig y Mónica Oltra se vean obligados a acoger sus demandas, «que son las del Botànic».

La formación morada quiere someter a una particular prueba de estrés al Consell. «Será difícil que no se acepten las medidas porque van en la línea» del acuerdo a tres que firmaron PSPV, Compromís y Podemos en el emblemático jardín valenciano.

La escalada de presión se comenzó a vislumbrar cuando el pasado verano, en una entrevista en Levante-EMV, Estañ ya habló de la posibilidad de no apoyar las cuentas de la Generalitat si no se veían reflejadas las «demandas de los valencianos».

Tras la primera reunión que mantuvo con Puig y Oltra el balance fue «moderadamente positivo». Salió del despacho presidencial con el compromiso de que se llevaría adelante una auditoría ciudadana, por lo que aparcó el tema de la moción de confianza a Puig, una idea con la que se había especulado días antes.

El líder de Podemos habló ya entonces de los barracones, la precariedad laboral y el modelo productivo (ahora capitalizado por el debate sobre la tasa turística, que ayer evitó calificar como condición sine qua non para aprobar los presupuestos) y advirtió: a partir de septiembre «veremos cómo se materializan» las conversaciones que, según explicó ayer, ya está llevando a cabo con el Consell.

Septiembre ha llegado y «de momento» no tienen respuesta por parte del Ejecutivo. «Las consellerias aún están confeccionando sus propias demandas», explicó ayer Estañ. Respecto a sus iniciativas, entienden que «todas y cada una de ellas» deben tener cabida, de lo contrario, el apoyo al Consell peligraría.

En el debate de política general, que Podemos ya anunció en verano que quería modificar «para que se convirtiera en una verdadera rendición de cuentas» del presidente de la Generalitat aunque finalmente no pudo conseguirlo, se dejó ver de nuevo esta nueva versión del partido morado. Estañ calificó de «triunfalista» el discurso de Puig y le conminó a hacer más esfuerzos.

En la misma línea se muestra la concejala del Ayuntamiento de València y una de las piezas de más peso en el equipo del diputado alicantino, María Oliver. En el debate sobre el estado de la ciudad que se celebró ayer se dio una particular réplica de lo ocurrido en el hemiciclo de las Corts. Apoyo al gobierno del cambio, pero exigencia de más agilidad y medidas más sociales.

Con todo, el análisis definitivo se tendrá que hacer con el cierre de la ley de los presupuestos, allá por Navidad, cuando las Corts hayan cerrado el trámite. Ahí se corroborará hasta qué punto las «prioridades» de Podemos son las mismas que las del Consell (o viceversa), o si las ramificaciones del Botànic crecen en direcciones opuestas.

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