La desconfianza que existe entre el Instituto Valenciano de Oncología y la Conselleria de Sanidad desde hace tiempo, agravada ahora con la crisis con motivo de la renovación del concurso entre la Administración autonómica y el centro sanitario, coincide en el tiempo con las maniobras de su gerente, el exconseller del PP Manuel Llombart, tentado por el negocio de la sanidad privada y que lleva mucho tiempo explorando vías de negocio paralelas en el extranjero.

La incertidumbre se cierne sobre el futuro del acuerdo puesto que desde el centro sanitario se denuncia la existencia de «irregularidades» en las condiciones del concurso y exigen su modificación para firmar. Por otro lado, desde el departamento de la consellera Carmen Montón, declaran que la redacción del proyecto por el que se regula la Acción Concertada para la Asistencia Sanitaria Integral Oncológica está avalada por el Consell Jurídic Consultiu de la Comunitat Valenciana, que emitió un informe en el que declaraba la corrección jurídica del contrato. Y es aquí donde la negociación se encuentra en un punto muerto.

Mientras se cumplen los diez días de prórroga solicitados por parte del presidente de la Fundación y tío del director general, Antonio Llombart, para tratar de aclarar la postura definitiva del patronato y decidir si se firma el contrato con Sanidad, el hospital apuesta por la internacionalización y dejarse seducir por la fuente de negocio que supone el sector sanitario privado.

¿El «plan B» del IVO?

Ante la pregunta que surge sobre qué ocurrirá con el IVO si no se llega a un acuerdo con la Sanidad pública, existen varios movimientos cercanos en el tiempo que puedan dar una respuesta. Fuentes del entorno de Llombart sostienen que la dirección del centro no se ha planteado un «plan B» más allá de repetir la acción concertada «sin salvedades», es decir «repetir el plan A pero bien» e insisten en que la base del IVO es la relación con conselleria «y que sin ella nada tiene sentido». Pero mientras llega la resolución del órdago lanzado por el centro oncológico, la búsqueda de más pacientes sigue su curso.

Una de las opciones por las que se ha decantado el hospital de Campanar es la internacionalización. Siguiendo el ejemplo de la empresa privada de gestión sanitaria Ribera Salud, el IVO ha explorado la expansión por Latinoamérica para exportar el modelo de gestión que aplican en el centro oncológico. Este área de negocio se desarrollaría a través de una empresa creada en el año 2012 llamada Gestión Sanitaria IVO S.L., cuya titularidad corresponde al patronato de la Fundación y que tiene al propio Manuel Llombart como administrador.

Con esta entidad Llombart, quien antes de ocupar el puesto de director general fue responsable del área de Expansión y Desarrollo Estratégico durante dos años, pretende exportar el modelo sin ánimo de lucro del IVO en países como Perú, Colombia o Ecuador en los que la estructura sanitaria aún está por hacer y hay grandes oportunidades de negocio. Además, la S.L. tiene por objeto la prestación, administración, asesoramiento y gestión de recursos y servicios sanitarios y sociosanitarios, negocios complementarios que la empresa no deja de explorar.

Negociando con australianos

Otro de los movimientos realizados por Llombart es el acuerdo comercial que este mantiene con el grupo líder en oncología en Australia y con capital mayoritariamente chino, GenesisCare.

Este conglomerado sanitario es el principal proveedor de tratamientos oncológicos en el continente australiano y ahora también en España ya que, hace poco más de un año, GenesisCare entraba con fuerza en el mercado nacional al adquirir los grupos oncológicos Oncosur e IMOncology. Este último es una red de centros dedicados al tratamiento e investigación sobre el cáncer que cuenta con una docena de centros repartidos por todo el país.

Con respecto a este movimiento empresarial, fuentes cercanas a trabajadores del IVO y otras del entorno de Sanidad dijeron a Levante-EMV que existe «temor» a una posible venta del instituto al conglomerado chino-australiano que podría llevar al despido de un elevado número de trabajadores.

Efervescencia del sector privado

La sanidad privada ha encontrado en la Comunitat una tierra fértil para los negocios. Desde el fuerte crecimiento del grupo hospitalario IMED que recientemente inauguró un centro en Burjassot y que ya ha solicitado una licencia de obra para otro hospital en Alicante; la asociación del Instituto Valenciano de Infertilidad con un grupo americano RMANJ y la compra del grupo valenciano Nisa por parte del catalán Vithas, la Comunitat cuenta con un panorama sanitario de ámbito privado que da mucho juego y que parece no haber pasado desapercibido para el Instituto Valenciano de Oncología.