La agencia antifraude que dirige Joan Llinares podría estar a punto de resolver el problema aún pendiente de su ubicación definitiva. Presidencia de las Corts ha pensado ofrecer a Llinares el palacete de Trénor, un edificio que forma parte del propio complejo inmobiliario de las Corts, como sede del organismo. El inmueble se encuentra prácticamente desocupado y podría ser una solución para esta nueva oficina que tiene entre sus funciones, las de «prevenir la corrupción y favorecer una cultura de buenas prácticas».
El palacete albergó durante diecinueve años los despachos de las formaciones políticas, pero en 2011quedó desocupado tras el traslado de los diputados a su actual ubicación. Consta de cuatro plantas (sin contar el palomar), aunque dada la dimensión de la agencia (una plantilla de 17 investigadores, de momento) no sería necesario que se ocuparan todos los pisos.
Serían suficiente las dos primeras plantas donde se ubica la zona noble del palacio. En la actualidad, en un amplio despacho con zona de chimenea incluida está ubicado el interventor de las Corts. El despacho albergó en su día a los populares con ´pedigrí´ en la época de las mayorías absolutas.
Según ha podido saber este diario, el presidente de las Corts, Enric Morera, ya ha planteado al alto funcionario la posibilidad de que tenga que hacer la mudanza.
Las fuentes de las Corts consultadas admiten que el palacete de Trénor tiene mucho espacio infrautilizado (algunas salas se utilizan como almacen improvisado) al tiempo que cuenta con una prestación que no es baladí. El edificio es accesible por la calle Conde Trénor, lo que libraría a potenciales denunciantes de tener que pasar por los accesos por los que a diario circulan periodistas, políticos y todo tipo de colectivos.
Esta privacidad es una de las cuestiones que se ha tenido en cuenta a la hora de pensar en la que podría ser la futura ´casa´ de la agencia antifraude.
Con todo, la solución tiene también inconvenientes. Uno de ellos es que cuenta con algunas reticencias del personal de la casa ya que este tipo de movimiento suele dejar afectados. Otro inconveniente es quizás estar dentro de las propias Corts. La oficina, aunque adscrita a las Corts, tiene independencia por lo que en algunos ámbitos la proximidad física con quienes podrían acabar siendo investigados podría no ser la imagen más conveniente.
En la actualidad, Llinares trabaja en un despacho ubicado cerca del hemiciclo, una situación provisional, pero que puede resultar incómoda. De momento, Llinares está sólo, pero el proceso para nutrir la plantilla ya ha comenzado.
Tener una sede definitiva empieza ya a ser algo urgente para una institución que ya ha iniciado los trámites para dotarse de personal. Se echará mano de funcionarios de carrera interesados.
En su momento, los partidos pensaron en ubicar la agencia en el edificio de cuatro plantas que en su día compró las Corts para que sirviera de pisito para los diputados procedentes de Alicante. La iniciativa fracasó.
