Profesionales sanitarios y abogados han reclamado servicios de alarmas y cámaras en los centros médicos donde se producen más agresiones a médicos, enfermeros y celadores. Esta reivindicación se puso de manifiesto en el I Congreso de Derecho Sanitario de la Comunitat Valenciana en el Palacio de Colomina CEU, que ayer acogió su segunda jornada, donde buena parte del debate se centró en el alarmante aumento de las agresiones a los profesionales sanitarios.

El presidente Colegio de Enfermería de València, Juan José Tirado, consideró «necesario» disponer de servicios de alarmas, «similares a los botones de la teleasistencia de Cruz Roja», que permitan dar aviso de una agresión, así como la instalación de cámaras, principalmente, en los servicios sanitarios con más agresiones. «Las medidas de prevención son fundamentales para atajar la violencia», añadió el representante de los enfermeros, quien abogó por potenciar la educación y humanizar los centros sanitarios.

El abogado David Soler coincidió en la «necesidad» de aumentar las medidas de seguridad «en centros con alto índice de agresiones, como poner alarmas y botones de pánico, así como establecer una comunicación directa con la policía para que se actúe rápidamente al detectarse una agresión». El letrado resaltó dos realidades: el alto índice de condena en caso de agresiones denunciadas y la eficiencia de llevar estas situaciones a los tribunales, ya que se logra que «el agresor no reincida». Asimismo, el fiscal de la Audiencia de València, Joaquín Ramón Baños, lamentó el «importante nivel de violencia que existe en cualquier ámbito». En concreto, comentó que no se denuncian todos los casos, lo que «genera impunidad».

Otro tema fue el de las imprudencias médicas y las responsabilidades penales, que no son muy comunes, pero «sí muy graves, ya que muchas veces inhabilita para el ejercicio de la profesión», dijo la magistrada Mª Dolores Hernández.