El procés de independencia puesto en marcha por la Generalitat de Cataluña, si finalmente se llevase a cabo, tendría importantes consecuencias económicas para la Comunitat Valenciana debido a la vinculación en el comercio entre ambas autonomías. El desafío del president Carles Puigdemont lo siguen de cerca los principales dirigentes empresariales, aunque consideran poco probable que desemboque en una secesión política y administrativa, si bien queda en el aire un volumen de comercio que supera los 11.000 millones de euros anuales para la Comunitat Valenciana (7.000 millones en compras y 4.000, en ventas), según un informe de la Cámara de Comercio de València.
Cataluña ha dejado de ser en 2016 la primera autonomía de destino de las transferencias de bienes valencianos en favor de Madrid (que aglutina el 16,9 % del total de las ventas interregionales de la c. Valenciana). La región vecina ha pasada a ser la segunda. En ese cambio de posición ha tenido mucho que ver la puesta en marcha del tren de Alta Velocidad (diciembre de 2010) entre la capital del Túria y la de España.
El negocio de las empresas valencianas con Cataluña ha experimentado desde 2009 un retroceso y el valor de las ventas de productos no se ha recuperado. Así las cosas, respecto al total de España, Cataluña representa casi ocho puntos porcentuales menos que hace una década.
Sea como fuere, una hipotética independencia hace saltar alarmas entre patronos de diversos sectores tradicionales (textil, calzado o plástico), así como de la industria auxiliar de la automoción y del transporte. Su reacción parece semejante a la que en estos últimos tiempos han expresado la CEOE y la asociación bancaria AEB: «El desafío catalán introduce inseguridad jurídica» y «Cataluña azota los mercados, ya que la bolsa sigue en mínimos y la prima de riesgo, otra vez, en alza», destacan estas entidades.
Para los dirigentes empresariales el desafío soberanista sería grave para la economía, para las empresas y para el bienestar de la ciudadanía. Y se muestran contundentes al destacar que las decisiones que afectan a un todo, para ser legítimas, no pueden ser tomadas por una parte de ese todo». En su opinión, Cataluña debería ser nuestro aliado empresarial y la dinámica del proceso abierto rompería esa proyección como área estratégica y como gran región productiva e industrial del Mediterráneo», aseguran fuentes patronales.
Cataluña es la autonomía líder en el comercio de bienes en toda España. Mientras tanto, la Comunitat Valenciana es la tercera con mayor volumen (en toneladas y euros) en el mercado doméstico y se ve superada también por Madrid. De las 17 autonomías sólo cinco de ellas venden más en los mercados exteriores que en el ámbito interno. Por otro lado, la Comunitat Valenciana se sitúa como la segunda exportadora, sólo por detrás de Cataluña.
Infraestructuras
Otro problema que plantean los empresarios son las infraestructuras comunes que defienden la Comunitat Valenciana y Cataluña. ¿Seguiría apoyando y, sobre todo, financiando la Unión Europea la construcción del Corredor Mediterráneo ferroviario si una parte del mismo transcurriera por territorio no comunitario?
Ésa una de las cuestiones que ponen sobre la mesa los empresarios de la Comunitat Valenciana y organismos como la Cámara de Comercio. Según su máximo mandatario, José Vicente Morata, «la posible declaración de independencia afectaría a los acuerdos con la Unión Europa respecto al Corredor Mediterráneo y tendría un impacto directo en los costes logísticos de nuestras empresas.
Puertos que compiten por los tráficos del sudeste asiático
La competencia entre los puertos de València y de Barcelona por los controles de los tráficos procedentes de China y países del sudeste asiático crece con el tiempo. La Autoridad Portuaria de Barcelona ha anunciado recientemente la puesta en marcha de un contrato, adjudicado por 134.000 euros a China Consultants, para promocionar este enclave marítimo barcelonés en China y Hong-Kong. Mientras tanto, el puerto presidio por Aurelio Martínez intensifica la relaciones comerciales con aquella zona de mundo para aumentar los tráficos y preparar la ampliación del recinto del Grao. Tras el conflicto de la estiba, el de Barcelona está creciendo un 30 % mientras el de Valencia se recupera, aunque crece a ritmos del 8 %, según las últimas cifras de agosto de tráfico de contenedores. En volumen total de contenedores casi duplica al barcelonés, si bien afronta una difícil papeleta dada la competencia por atraer las principales rutas marítimas del mundo y las privilegiadas posiciones geoestratégicas de emplazamientos próximos como los de Algeciras y Tánger; situados entre el Mediterráneo y el Atlántico y con gran atractivo para los tráficos de transbordo de mercancías entre las compañías internacionales. En medio de la batalla del contenedor y de acuerdos entre armadores que gobiernan el negocio del transporte para reducir costes y ser más eficientes, el enclave que preside Aurelio Martínez parece despejar su horizonte a medio plazo tras las apuestas de navieras líderes como Cosco, Maersk y MSC.
