Después de 10 días de infarto, ayer no hubo sorpresa. Tal como se acordó en la reunión del domingo entre el Consell y miembros del patronato del IVO, la fundación privada presentó -en el último día de plazo, prórroga incluida- la documentación para formalizar el nuevo contrato de asistencia oncológica a los pacientes valencianos. Se cierra así el paréntesis de nueve meses abierto en los 40 años de colaboración con la administración sanitaria.

A la espera de que en estos días se firme definitivamente el contrato, el único punto de conflicto que aún queda será el pago de las facturas de actividad no concertada que se han venido acumulando desde enero, mes en que se agotó el anterior convenio, y que sumarán más de 40 millones de euros, según la fundación.

Se trata del pago de los servicios que aún debe de hacer la Conselleria de Sanidad por los tratamientos y atenciones dispensados en estos 9 meses a las personas que ya venían siendo atendidas en el centro (y que en principio lo han seguido estando) y los nuevos pacientes derivados al IVO pese a que no hubiera concierto que cubriera esta colaboración.

Según las propias cifras de la conselleria y, pese al bajón de derivaciones denunciado por el IVO, han sido a razón de 200 personas por mes las que han sido enviadas por los oncológos del sistema público a la entidad en casi todos los casos respetando una decisión particular. Cabe recordar que los pliegos del nuevo contrato prevén un coste anual de 53,7 millones de euros a razón de 30.000 pacientes atendidos al año.

Sin facilidades para el pago

Desde el IVO recordaron ayer que, efectivamente, no han cobrado todavía ninguna de las facturas presentadas en 2017 y que no se tenía noticias de cuánto se iban a pagar. Precisamente ayer la consellera del área, Carmen Montón, descartó que la firma de un nuevo contrato con el IVO «facilitara» de alguna manera la tramitación de estas facturas o el pago garantizado en menos tiempo ya que se tramitan por el procedimiento de enriquecimiento injusto y están sometidas a más controles.

Desde el IVO no confirmaron, sin embargo, si en el nuevo marco de relaciones o de futuras negociaciones se iba a poner sobre la mesa un pronto pago de lo trabajado en este año 2017.

«Sin cambiar los pliegos»

Tras la presentación de la documentación (un representante de la fundación se encargó de hacerlo antes de la hora de comer), los técnicos de Sanidad deben de confirmar que todo está en regla y, de ser así, se propondrá en unos días la firma bilateral del contrato en un acto que, en principio, no será público.

Desde ese momento, el Consell y el IVO reeditan una colaboración que cambia (la administración tendrá control sobre las derivaciones y los pacientes volverán a la pública a los cinco años) pero que, en la práctica, se mantiene en el punto que al IVO le parecía primordial: no perder la capacidad de tratar a todo aquel que quisiera ir al centro.

La instrucción que debe explicar para el personal de la Conselleria de Sanidad cómo se harán estas derivaciones al IVO, qué criterios hay que seguir y qué tiempos cumplir aún está por formalizar aunque sus mimbres se pusieron en las reuniones de estos días ya que el director general del IVO, el exconseller Manuel Llombart y parte de los patronos querían tener «atado» y por escrito que, efectivamente, y pese al control que se reserva la conselleria, no se iba a perder esta especie de libre elección que ya no está garantizada por ley.

En puridad, la instrucción con la que se ha venido trabajando estos días marca que las derivaciones se hacen desde el ámbito público en un plazo máximo de 48 horas y, si no se cumple el plazo, la decisión recae en el IVO. Montón insistió ayer en que esta forma de trabajar no modifica en nada los pliegos presentados.