La escalada de tensión en torno al proyecto independentista catalán impregna la vida política valenciana. Cada día más que el anterior. Discursos, propuestas e incluso procesos internos, como el de la provincia de València del PSPV, se ven contaminados por el procés y la respuesta a este.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, vivió ayer esta tensión. Tras el mensaje de Felipe VI la noche del martes, no estaba por la labor de pronunciarse al respecto, pero tuvo que enfrentarse después de cada acto público a preguntas sobre Cataluña y el monarca. Puig sí que dejó un mensaje indirecto tras la toma de posesión de los nuevos miembros del Consell Jurídic Consultiu (CJC), al alertar contra «cualquier proceso de recentralización».

Puig ya señaló el lunes a este fenómeno (agudizado en los años de crisis económica) como uno de los causantes del agotamiento del Estado autonómico.

Más tarde, tras un acto con el ministro Íñigo de la Serna, insistido sobre el discurso del monarca, dijo: «Hay demasiada gente interesada en polarizar y creo que hay que intentar racionalizar las emociones y buscar espacios para el diálogo, que es la única solución porque hay mucha gente sufriendo». Que no tenía nada más que añadir sobre Cataluña, sentenció, porque si uno no puede ayudar es mejor estar callado. No cree que «vociferar todos permanentemente arregle nada», recogió Efe.

El ministro no pone peros

En ese acto, De la Serna calificó de «extraordinario» el discurso de ayer del rey , al que «no hay un solo pero que poner».

La postura moderada de la plana mayor del PSPV (en la línea de Ferraz) sobre Felipe VI contrasta con la de los dirigentes de Compromís. Eso sí, evitaron cuestionar públicamente la actitud de los socialistas.

Los socios del Consell arremetieron desde minutos después contra el discurso del monarca. Ayer, acusaron a este de ejercer de «portavoz» del Gobierno. «Y el mensaje que dejó entre líneas es: mano dura y aplicar el 155», apostilló el senador por Castelló Carles Mulet. Las declaraciones las hizo junto a la coportavoz de Compromís Àgueda Micó y la diputada Mònica Àlvaro, al presentar la campaña en aquella ciudad por un trato justo financiero.

«En Compromís echamos en falta una mención a la violencia que hubo este fin de semana en Cataluña, es decir a esas personas que sufrieron, fueran de paisano o fuerzas y cuerpos de seguridad», añadió Micó.

Podemos, el socio externo del gobierno que encabezan Puig y Mónica Oltra, puso la mirada ayer sobre el jefe del Consell y líder del PSPV. Le pidió que defienda ante el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, la necesidad de una moción de censura contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, porque «el PP está llevando la crisis política en Cataluña a una situación irreversible».

Podemos pidió a Puig que entienda que «es necesario que el PSOE deje de apoyar la estrategia pirómana de Rajoy por acción u omisión». Hasta el momento, añadió, «el PSOE de Pedro Sánchez no se diferencia de lo que podría estar haciendo así el PSOE de Susana Díaz» ante esta situación.

El partido de Pablo Iglesias, que ha implicado en Madrid a Compromís en una mesa por el diálogo sobre Cataluña, también instó a a la delegación del Gobierno a reclamar la vuelta de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil adscritos a la Comunitat Valenciana desplazados a Cataluña, señaló la diputada Cristina Cabedo.

Sin embargo, el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, ve los hechos en Cataluña de otra manera: «Los extremistas se han adueñado de las calles y cunde el caos. Lo que hace falta es dar marcha atrás al golpe de Estado producido», dijo a este diario, al tiempo que valoró la «firmeza, sensatez y claridad» de Felipe VI.

En esa línea, la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, afirmó que «en la defensa de la unidad de España no caben dudas, y no se entiende que partidos constitucionalistas de nuestra tierra no se alineen con los discursos que defienden el Estado de Derecho». «La democracia exige contundencia», subrayó.

La diputada popular Elena Bastidas fue un paso más allá y dijo que Oltra «se ha convertido en la Anna Gabriel valenciana», en referencia a la portavoz de la CUP en el Parlament catalán. Lo fijo porque la vicepresidenta acusó a Felipe VI el martes de dinamitar puentes con su mensaje.

Ciudadanos también puso el foco en la líder de Compromís. La formación pasó a los hechos y ha presentado una proposición no de ley en las Corts para la reprobación de la vicepresidenta por su posición expresada en las redes sociales sobre el monarca.

Para la portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Mari Carmen Sánchez, son «inadmisibles» las palabras de Oltra. «Ningún representante de los valencianos debería realizar manifestaciones insidiosas para incitar a posicionarse en contra del jefe del Estado», dijo la síndica. Todo esto, antes de que Puigdemont compareciera.