El Hospital Clínico de València necesitará «actuaciones localizadas», aunque no de forma «inminente o urgente», tras detectarse el pasado mes de julio en unas catas realizadas en el edificio de Blasco Ibáñez que tenía problemas de aluminosis.

Así lo han confirmado fuentes del centro hospitalario, que han indicado que aún no está el informe definitivo de la inspección que se abrió tras conocerse el problema ya que de momento no han terminado las catas, aunque han precisado que «queda poco».

«Por el momento no hay que hacer ninguna actuación de forma inminente ni urgente», indicaron estas fuentes, que añadieron que éstas se realizarán «poco a poco» y de forma «localizada» para las que, en principio, no se requerirá del cierre de plantas del hospital. Los trabajos para detectar este problema estructural se han centrado en el edifico más antiguo del complejo sanitario de la avenida Blasco Ibáñez de València.

El pasado 20 de julio, el hospital apuntaló las viguetas de un despacho y una pequeña sala de espera de la segunda planta tras detectar en ellas la presencia de cemento aluminoso, «causado por la humedad de los baños de dos habitaciones situadas en el piso superior», y evitar posibles desprendimientos.

De acuerdo con el protocolo establecido por la subdirección general de Infraestructuras, Aprovisionamiento y Contratación de la Conselleria de Sanidad, en estos casos es preceptiva una inspección en distintos puntos del hospital para determinar si pudiera haber afectaciones similares a la detectada en estas dos estancias de la segunda planta.

Pendiente de ampliación

La detección de este cemento aluminoso se añade a los problemas de espacio que ya acumula el Hospital Clínico. La ampliación y renovación de instalaciones lleva años siendo una reivindicación constante para los responsables de un centro hospitalario, enclavado en pleno centro de la ciudad, que se ha quedado pequeño.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha rescatado el proyecto, que se abandonó en 2010 por falta de financiación, de ampliar el edificio aprovechando la manzana de la antigua facultad de agrónomos que lleva vacía siete años.