El IVO dejará de ser un centro de libre elección pero, en la práctica, los pacientes no tendrán por qué acusar la diferencia ya que podrán llegar a ser tratados en la institución oncológica bien siendo derivados desde el sistema público o bien pidiéndolo directamente en el centro de la calle Profesor Beltrán Báguena, siempre que Sanidad así lo autorice.

Así se desprende del borrador de instrucción que presentó el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, a los responsables del IVO y del patronato el pasado domingo, documento que ayudó a desbloquear «in extremis» la firma del contrato de atención oncológica para los próximos tres años a razón de 53,7 millones anuales.

Esta propuesta, a la que ha tenido acceso este diario, es el germen de una instrucción que ahora debe poner negro sobre blanco la Conselleria de Sanidad para establecer el «cómo» se lleva a cabo la derivación de pacientes al IVO al perder la institución su condición de centro de libre elección dentro de la sanidad pública, verdadero punto de desencuentro en la negociación del contrato. Y todo sin modificar los pliegos de condiciones, cuestión en la que ha insistido estos días la consellera de Sanidad, Carmen Montón.

Este compromiso, avalado por la palabra de Puig, mejoraba y ampliaba la primera propuesta presentada por Montón ya que no solo preveía la derivación directa desde el sistema público sino que incluía la posibilidad de gestionar las peticiones que llegaran al edificio.

Incluyendo en el acuerdo esta segunda vía, el Consell está aceptando, parcialmente, lo que el IVO venía pidiendo desde un principio: poder mantener la puerta abierta a todo aquel que se quiera acercar a la calle Beltrán Báguena para ser tratado. De esta forma, y pese a que la administración se asegura el control y tiene la última palabra, el IVO gana una segunda forma de acceso.

Dos formas de entrar

Sanidad mantiene la potestad de autorizar a los pacientes que vayan a ser tratados en el IVO. Lo hará, primero, de forma directa ya que serán los especialistas del sistema público los que podrán instar a la derivación y ésta deberá ser autorizada por la dirección de los departamentos de salud según se recoge en el punto 5 del anexo III.

En el acuerdo que desbloqueó la firma del contrato (que aún está pendiente) se abundó en esta forma de derivación con dos puntualizaciones: las propuestas de envío de pacientes no solo las harán los especialistas, podrán partir también de los médicos de cabecera y se resolverán en un plazo de 48 horas, sino, se entenderán como concedidas por silencio administrativo.

«Unidad de especialistas»

La segunda forma -que constituye el «añadido» de Puig- traslada al papel parcialmente la petición que a principios de julio hicieron desde el IVO cuando presentaron la documentación para proponerse como adjudicatarios: que también se pudiera proponer la derivación de aquellos pacientes que lo pidieran directamente en el mostrador del IVO.

El acuerdo final no lo recoge, sin embargo, punto por punto ya que no será la fundación la que tramite las derivaciones: la administración se compromete a habilitar una «unidad de especialistas» para garantizar el acceso rápido de estos pacientes y velar por un mayor control de acceso.

Además, la conselleria se autoimpone un plazo de 72 horas para realizar este trabajo de ida y vuelta y, nuevamente, Puig dio su palabra de que si en este plazo no había llegado contestación, la autorización se daba automáticamente por silencio administrativo.

Falta todavía por conocer si esta «unidad de especialistas» estará físicamente en el propio IVO, si estará formada por especialistas de Inspección Médica o por personal de administración que eleve la petición o si se contará también con personal de la adjudicataria.

De adoptarse este acuerdo, se estaría replicando, de alguna manera, la forma de trabajar que hay actualmente. En estos meses, y restando los primeros compases de la nueva relación entre administración e IVO sin un convenio que hiciera de paraguas, los médicos estaban derivando «casi a todos» los pacientes que lo estaban demandando.

De igual forma, el IVO mantiene la puerta abierta hoy por hoy aunque los pacientes que piden ser atendidos allí físicamente primero deben de tramitar su petición ante los responsables de la Inspección Médica, según confirmaron ayer fuentes del IVO.

Desde la fundación sin ánimo de lucro se está a la espera de que este acuerdo de Puig se desarrolle en una instrucción y se detalle. De hecho esperan a que este documento esté antes de la firma definitiva del contrato.