Los problemas financieros que genera el desigual sistema de financiación autonómica en España han obligado a muchas autonomías -entre las que se sitúa la Comunitat Valenciana- a incrementar la presión fiscal en los impuestos transferidos para aumentar sus ingresos. Mientras, regiones beneficiadas por el Gobierno central pueden reducir sus tributos, tal como ocurre con Madrid. El resultado es que la comunidad autónoma presidida por Cristina Cifuentes resulta más atractiva para las grandes fortunas que València. De hecho, ya se ha detectado la fuga de capitales y patrimonios valencianos a la ciudad del Oso y del Madroño. De modo que una gran familia valenciana que tiene sus negocios aquí, fija su sede fiscal en Madrid y automáticamente se beneficia de las ventajas de allí. En esa línea, el president de la Generalitat Ximo Puig -apoyado por otros líderes regionales como Susana Díaz y Miguel Ángel Revilla- denunciaba en la Conferencia de Presidentes a principios de año «el dumping fiscal» que practica Madrid frente a otras autonomías.
Puig exigía que se aborde «la armonización fiscal» entre todas las autonomías para evitar «la competencia desleal». De lo contrario, aquellas autonomías más favorecidas por el reparto de fondos del Estado pueden bajar más los impuestos que dependen de la jurisdicción autonómica o reducir los tramos de los estatales. Así, en el impuesto de transmisiones patrimoniales de inmuebles, Madrid tiene un 6%, el más bajo de España, mientras que la Comunitat está en el 10%; y el impuesto de sucesiones y donaciones, que utilizan mucho las empresas, está en Madrid en un 99% de bonificaciones, mientras que en València se va a bajar al 50% en la próxima reforma tributaria. El impuesto de patrimonio tiene una bonificación del 100% en Madrid y aquí se ha subido a las grandes fortunas un 25%.
