Una declaración unilateral de independencia en Cataluña dejaría en el aire una importante fuente de ingresos para dos grandes multinacionales del sector del automóvil con fábricas en ese territorio: Seat (en Martorell) y Nissan (en Zona Franca de Barcelona). Se trata de las subvenciones y avales que el Gobierno central -a través del Ministerio de Industria- facilita a estas firmas de la automoción y que en estos últimos años han sido claves para garantizar inversiones de las empresas matrices en nuevos modelos y, por tanto, en carga de trabajo y generación de puestos de trabajo.

Durante estos últimos tres ejercicios, Seat (integrada en el grupo Volkswagen) incluyó en su balance avales financieros del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital que suman 315,3 millones más 17,2 millones en subvenciones. El último informe de gestión, según constatan la cuentas depositadas en el Registro Mercantil del ejercicio 2016, incluye 6,8 millones de euros (frente a 9,9 millones en 2015) correspondientes a préstamos con interés subvencionado que fueron otorgados por la administración central «para la realización de proyectos de desarrollo de nuevos productos».

Volkswagen anunció en 2015 que invertirá 3.300 millones de euros en investigación y desarrollo en la planta de Seat en Martorell hasta 2020 para lanzar cuatro modelos. La compañía, que emplea a 14.000 trabajadores, ha recibido subvenciones de explotación, básicamente por los gastos asociados a proyectos de I+D y por actividades destinadas a formación, desarrollo comercial y eficiencia energética.

Mientras tanto, Nissan Motor Ibérica, cuya factoría emplea a unos 5.000 trabajadores, recibió 1,4 millones de euros en 2016 en subvenciones y donaciones, una cantidad prácticamente similar a la del año anterior. La filial de la marca japonesa -dada su apuesta por los vehículos eléctricos- ha sido una de las más beneficiadas por el «Plan Movea», ayudas que facilita el Gobierno central para la compra de automóviles.

Ayudas que vigila Bruselas

También desde Bruselas, a través del Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización (FEAG), que son fondos destinados a recolocación de trabajadores afectados por despidos en el sector industrial, ha habido ayudas para el sector del automóvil durante los años de recortes de plantilla, que incluyen a las compañías proveedoras de componentes.

Tanto las ayudas del Ejecutivo de Rajoy, comos las de los autonómicos, que también facilitan subvenciones, son vigiladas de cerca por la Comisión Europa ya que limita la llamadas ayudas de Estado para garantizar una sana competencia en el sector. Durante el último lustro, dada la apuesta por la flexibilidad laboral, las plantas españolas han atraído numerosas inversiones.

La actividad del automóvil tiene una importancia clave para la economía española ya que representa el 10 % del Producto Interior Bruto (PIB) y el 17,7% del total de las exportaciones. En su conjunto genera unos 300.000 empleos directos con sus 17 centros de producción, de un total de 169 fábricas en Europa.

De este modo, España se consolida como el primer fabricante del Viejo Continente de vehículos industriales y el segundo mayor fabricante de automóviles. Mientras, el sector de fabricantes de componentes y equipos para automoción está integrado por un millar de empresas, con una facturación de más de 27.000 millones de euros, de los que el 60 % corresponde a exportaciones.

Un sector en alza

Según la patronal Anfac, las compañías gozan de buena salud y se mantienen en la senda de crecimiento constante, tal como demuestran los datos de ventas de estos últimos ejercicios. Las empresas de la automoción y su industria auxiliar aportan el 10% al Producto Interior Bruto de España. Las compañías del ámbito de producción de componentes y servicios factura unos 34.000 millones de euros, que si se suma al resultado conjunto de vehículos alcanza los 95.900 millones en 2016, un 4,3 % más que el año precedente.