Las Fuerzas de Seguridad del Estado robaron ayer protagonismo a la Real Senyera. Para la Policía Nacional, la Guardia Civil, la Policía Local y hasta el Ejército, fueron muchos de los aplausos y vítores del día, bien en sus posiciones, bien cuando se desplegaban a pie o en moto, bien al paso de sus mandos dentro de la comitiva.

Su papel en Cataluña fue ampliamente reconocido y agradecido, lo mismo que el amplio dispositivo que montaron ayer para proteger de posibles intentonas terroristas a las miles de personas que acudieron a la marcha.

De hecho, la Procesión Cívica había sido designada, junto con Nochevieja y las Fallas, uno de los momentos críticos en este sentido y por ello desde primeras horas de la mañana cientos de agentes de todos los cuerpos tomaron las cayes adyacentes.

Lo hicieron a pie, en moto, o en decenas de furgonetas desplegadas en Marques de Sotelo, cortada a la altura de Colón con un autobús travesado en la calzada. También las calles que daban al recorrido de la procesión estaban bloqueadas con vehículos policiales. Y en las calles comerciales se mantuvo la línea de maceteros y se levantaron las terrazas. Mucha, mucha seguridad.