Aunque era el trazado natural de regreso a la Plaza del Ayuntamiento tras la ofrenda a Jaime I, el vallado de la calle de las Barcas se convirtió ayer en ensayo general de cara a las Fallas de 2017. El gran espacio central quedó libre, sin que los asistentes pudieran penetrar en él, para que así quedara expedito para las ambulancias en caso de una emergencia. Dentro de los nuevos planes de seguridad, propiciados en gran medida por la amenaza yihadista y por la necesidad de actualizarlos, se ha adptado la medida de emplear esta calle, que no tiene ni fallas ni carpas a lo largo de la misma, como vía principal de evacuación. Se trata de la conexión más rápida con el Hospital Clínico, que es donde irían los posibles heridos en caso de cualquier contingencia. El público tendrá que apostarse a los lados o buscar otra bocacalle. Ese vial conecta con la propia plaza y permite un rapido movimiento de vehículos.