«Joan Rosell es muy fan de la Comunitat Valenciana». Con esta frase contestó a este diario un significado dirigente empresarial valenciano a la cuestión de por qué el presidente de la patronal española CEOE fue el principal impulsor de que el consejo de CaixaBank, del que forma parte, acordara el pasado viernes trasladar la sede social de la entidad financiera a València. Tal como publicó este diario el pasado sábado, antes de la citada reunión el destino del banco catalán iba a ser Palma de Mallorca, por ser Baleares uno de los territorios históricos de la entidad.

Sin embargo, esa opción perdió fuerza durante el consejo en detrimento de Madrid, primero, y luego València. La capital de España fue descartada porque una mayoría de vocales defendía que en Cataluña no se entendería que la entidad financiera más emblemática de esa autonomía fijara su sede en la ciudad que simboliza el poder central. Ahí fue cuando entró en escena València, cuya candidatura fue defendida con ardor por el presidente de la CEOE. Era una opción de sentido común por varios motivos: la proximidad física y lingüística con Cataluña, el peso que la Comunitat Valenciana tiene en el balance de CaixaBank y el hecho de contar con un edificio emblemático para albergar la sede social: el inmueble de Pintor Sorolla procedente del Banco de Valencia, que la entidad catalana se adjudicó en 2012 por un euro.

Según las fuentes consultadas, Rosell llegó a esa reunión sin que sus principales interlocutores empresariales en la Comunitat Valenciana le hubieran pedido que batallara por València. Es más, el martes de la semana pasada, es decir tres días antes del cambio de sede, los dirigentes patronales de la autonomía estuvieron con Rosell en Madrid durante el acto en defensa del corredor mediterráneo. Tuvieron la ocasión de conversar pero la cuestión de CaixaBank no apareció. La verdad es que ese día no parecía que fuera a ser tan inminente la fuga de grandes empresas catalanas. Así que Rosell no recibió presiones directas pero, como afirmó uno de los dirigentes consultados, «no hacía falta» por su querencia por la Comunitat Valenciana.