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Turbulencias en el mercado de pilotos

Una cantera para la invasión de los cielos

València tiene dos de las 16 academias de pilotos españolas, pero no es suficiente para abastecer un mercado que solo forma a 200 pilotos al año - Panamedia triplica el ritmo de matriculaciones y Air Pull capta 150 alumnos en dos años de vida

El ciclo expansivo del turismo internacional, la democratización del acceso al avión tras la liberalización del sector y la incorporación de grandes bolsas de población como Asia y Oriente a los circuitos aéreos ha disparado la industria aeronáutica. El de piloto de vuelos comerciales ha dejado de ser el uniforme para un club selecto y se ha convertido en un nicho de empleo seguro, uno de los oficios más demandados de la actualidad.

Lo dicen las previsiones de los grandes fabricantes, Boeing y Airbus, y de autoridades como la Civil Aviation Training. Hoy por hoy, hay unos 290.000 pilotos activos en todo el mundo, pero en una década serán necesarios 440.000. Teniendo en cuenta que 105.000 de los actuales van a jubilarse en este tiempo y que serán necesarios 150.000 pilotos nuevos, la conclusión es que para 2027 se habrán creado 255.000 puestos de trabajo para estos profesionales.

Los pilotos del futuro no han empezado a formarse. Un dato lo resume todo: a este ritmo de pedidos de aviones, harán falta 70 nuevos pilotos al día para cubrir toda la demanda de la próxima década.

València, dos academias a pleno rendimiento para un sector sin parados. «Lo estamos notando», confirma Montse Subirats, directora de la base de València de la firma balear Panamedia. Se trata de la única academia de pilotos comerciales que opera en el aeropuerto de Manises (lo hace desde 2011), y el efecto llamada de estas previsiones ha triplicado la afluencia de alumnos.

"Hemos pasado de promociones de 6 ó 7 alumnos a otras de veinte», añade. El boom de la aviación civil no solo se nota en la mayor demanda de matriculaciones. «Al terminar, nuestros alumnos acceden directamente a Ryanair, Iberia Expres, Vueling...", señalan desde Panamedia. En estos momentos, la empresa está formando a unos cien alumnos en diferentes promociones.

En España existen 16 centros de formación homologados y, por lo que comentan desde el sector, la demanda debe de ser similar en todas. Las matriculaciones se han disparado al calor de las previsiones de demanda de empleo.

"Con la crisis bajó el níumero de alumnos porque no son unos estudios baratos. Desde 2015 hay un aumento considerable. La economía ha mejorado y los bancos vuelven a financiar los estudios", apunta Javier García, gerente de la firma Air Pull Aviation, titular del aeropuerto privado de Requena.

En apenas dos años de actividad como escuela de aviación comercial, esta empresa de capital valenciano se ha hecho con una cartera de 150 alumnos. Además, es un caso de internacionalización de éxito: 90 de sus alumnos proceden de Kazajstán, tras aliarse con la Aviación Civil del país euroasiático para formar a sus pilotos.

Tener un aeropuerto a disposición de la formación ayuda a esta academia a captar estudiantes. "Tenemos el cien por cien de los alumnos formados trabajando. Nos respalda el buen momento", reconoce García. Según añade Subirats, de Panamedia, en algunas de las últimas convocatorias de las aerolíneas para entrar como copiloto ni siquiera se está pidiendo un mínimo de horas de vuelo, como antes era habitual.

Eso sí, todos los que salen de las academias acumulan ya un mínimo de 200 horas de formación. Realizan sus prácticas, además de en simuladores, en aviones monomotor (Cessna) y biplaza, como el Piper Seneca. Se trata de jóvenes, de 16 años como mínimo, a los que se exige el bachiller y superar reconocimientos médicos, comentan en la empresa balear que opera en Manises.

Guerra entre las aerolíneas: fuga de pilotos en busca de mejor salario. Las últimas noticias revelan el momento de vorágine del sector. La caza de pilotos entre compañías acaba de provocar una crisis en la mayor aerolínea low cost, la irlandesa Ryanair. Tras la cancelación de dos mil vuelos en la compañía de Michael O´Leary subyace una guerra entre las compañías por la caza de pilotos. Se ha sabido que en lo que va de año su competidora Norwegian Airlines le ha arrebatado 140 profesionales.

No es algo que Ryanair no haya hecho con otras compañías y que no vaya a seguir haciendo. Este viernes, de hecho, Ryanair devolvía el golpe dolido en su orgullo, presentando a 45 nuevos pilotos, 860 contratados ya desde el 1 de enero de este año: «Seguimos atrayendo a cientos de pilotos de otras aerolíneas que se unen a la compañía por nuestros salarios, excelentes condiciones de trabajo, desarrollo profesional inigualable y nuevos aviones», presumía Ray Conway, Chief Pilot de Ryanair.

Lo cierto es que el mercado no da para más y la única alternativa es fichar en la competencia. Según reconocen desde el Sepla, el mercado español de formación de pilotos apenas arroja 200 profesionales al mercado cada año. Y quiebras como la de la británica Monarch o Air Berlin no serán suficiente para abastecer el mercado.

La creciente demanda ha llevado a las compañías a mejorar las condiciones de sus pilotos y la ley de la oferta y la demanda ha hecho el resto. Además, según apuntan desde el sindicato de pilotos, la reciente crisis de Ryanair ha sido un acicate para que muchos pilotos tomen conciencia y se organicen. En el sector se habla de situaciones atípicas, como pilotos con un régimen general de autónomo. Y se asumen que a corto plazo habrá duras negociaciones por las pretensiones al alza del colectivo.

30.000 euros nada más comenzar. Hacerse piloto no es barato. El precio de esta habilitación (certificada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea), por cursos que van de quince meses a dos años, supera los 60.000 euros. Pero el salario recompensa el esfuerzo. Pese a que difícilmente los pilotos del presente tendrán los emolumentos de los aviadores de la era previa a la liberalización de los cielos, la situación ha mejorado de forma considerable respecto a cinco años atrás.

Según Subirats, de Panamedia, el sueldo de un copiloto recién llegado ronda los 30.000 euros. Cada compañía tiene sus tablas salariales, pero cuando suben en el escalafón, hasta la comandatura, el salario medio se sitúa en los 70 mil al año, apuntan las mismas fuentes, por las 900 horas al año de vuelo que fija la AESA.

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