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Entrevista | Premio 9 d'Octubre al Mérit Cultural

"Si la educación no es una prioridad, la ignorancia se envalentona"

"En mi vida, nunca me he preguntado si algo era posible hacerlo. Me he exigido hacerlo y lo he hecho"

"Si la educación no es una prioridad, la ignorancia se envalentona"

Tuvo que salir hacia París para poder estudiar y se formó como periodista. Vivió el Mayo del 68 y cuando regresó a su tierra participó activamente en la lucha por la democracia. Pronto entendió, según aduce, que los cambios "no llegan tan fácilmente".

Didín Puig fue la primera maestra de valenciano del territorio tras formarse con Carles Salvador, Enric Valor o Sanchis Guarner, quien la conocía como "la xiqueta", dado que era la única joven que asistía a las clases de Lo Rat Penat durante el franquismo.

P ¿Siente la distinción de la Generalitat como un reconocimiento a una vida de lucha?

R Creo sinceramente que no lo merecía. Lo que más me gustó fue que me situaran como una activista. La consigna de todos era que no me enterara porque si lo hacía me iba a Francia (ríe). Es demasiado reconocimiento para mí. Lo que he hecho en la vida es porque lo tenía que hacer. Nunca me he preguntado si algo es posible. Me he exigido hacerlo y lo he hecho.

P Una vida prácticamente de clandestinidad cultural.

R Cuando acabé bachillerato, quería hacer Derecho pero al no tener el Servicio Social Femenino de la Falange no me dejaron matricularme en la universidad. Lo pedían para casarse, conducir o irse al extranjero. Abrieron un plazo para conseguir el pasaporte durante tres meses y yo lo aproveché para irme y no volver en dos años. Fui una ´sin papeles´ hasta que regularicé mi situación en Francia y estudié periodismo.

P Y allí vivió el Mayo del 68.

R Era nuevo para mí. Fueron días muy bonitos vistos desde el presente pero con mucho miedo si lo miro desde aquellos días. El cambio hace miedo y sobre todo si llega unido a una posterior represión. Mayo del 68 fue un importante movimiento estudiantil que todo lo removió. Ahora tengo la experiencia para saber que las estructuras no cambian tan fácilmente.

P Siempre ligada al valencianismo progresista.

R Eso me ha acompañado toda mi vida. Fui a clases de valenciano de Lo Rat Penat y estuve con Carles Salvador dos años. Entonces vino Enric Valor. Era la única niña y por eso Sanchis Guarner me decía "la xiqueta". Él había estado desterrado en Mallorca tras la guerra y cuando volvió nos conminaron para que nos apuntáramos en sus asignaturas en la universidad. Tenía que darnos las clases de valenciano en castellano. Sin embargo, daba las clases abajo de la tarima para saltarse la prohibición. Éramos cuatro gatos. Tuve mucha suerte con mis maestros. Con Enric Valor tuve amistad hasta que murió porque en València vivíamos muy cerca. También tuve a Ricard Sanmartín o Ferrer Pastor. A Joan Fuster lo conocí con posterioridad en la cafetería Aurea, en las tertulias de la tarde. Cuando éramos jóvenes celebrábamos el 9 d´Octubre diez personas. No era ni fiesta en València.

P Esa formación le permitió ser posteriormente la primera maestra de valenciano.

R El director de los Jesuitas era José Gil Hervás, de Benimodo, muy conocido de mi familia. Cuando estaba en París me decía que si volvía, pondría una clase de valenciano en el centro dirigida por mí. De broma, de broma, cuando volví todo estaba hecho. Era más o menos 1973.

P Sería como descubrir la rueda todos los días.

R Uf, no tienes ni idea. Sin embargo, con el paso del tiempo me he dado cuenta de que muchos de aquellos alumnos han estado después vinculados a todos los movimientos valencianistas. Después, la Transición fue un proceso ilusionante en la que hubo mucho miedo. No me parece a mí que fuera muy modélica porque siguieron hablando los que siempre lo habían hecho y en cambio callamos los que reclamábamos hablar. Siempre nos pensábamos que íbamos a cambiar el mundo pero no cambiamos nada. Yo por entonces estaba en una casa de discos y por eso estaba muy implicada en la organización de concierto, que por entonces los denominábamos recitales. Era el momento culminante de la Nova Cançó. «Esta vesprada mani i després recita», decíamos.

P Han habido avances indiscutibles pero limitados para muchas y muchos ¿Sigue siendo optimista?

R Todo depende de la educación. Es única y no se debería politizar. Debe servir para unir pero en este país nunca ha sido una prioridad y ha permitido que la ignorancia se envalentone en exceso.

EN CORTO

P ¿De dónde procede su amor por el valenciano y la cultura?

R De casa. Tuve mucha suerte de encontrar siempre muchos libros en casa y mi preferido era "La minyonia d´un infant orat", de Llorenç Riber. Estaba escrito en mallorquín y yo lo leía sin problemas. Han tenido que venir después a decirme que no era la misma lengua que el valenciano (ríe).

P ¿Nunca ha militado en ningún partido?

R No, no he militado en ningún partido ni tampoco en ningún sindicato. Tengo las ideas claras, soy de izquierdas y valencianista, pero no me gusta que me impongan nada. Yo soy crítica en todo, conmigo misma la primera. Siempre pienso que las cosas se pueden hacer mejor.

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