Hay preocupación en la Corte (léase Moncloa) por el devenir de los acontecimientos en Cataluña, que ha llevado la realidad española a las portadas de los medios de comunicación internacionales, y ya se sabe que en río revuelto pueden pasar dos cosas: pescar más o que te lleve la corriente.

Ximo Puig se introdujo ayer en esas aguas y salió con dos compromisos verbales: la convocatoria «inmediata» de la comisión técnica para la reforma del modelo de financiación y la voluntad de cumplir el calendario establecido a principios de año (o sea, que en 2017 esté cerrado un nuevo sistema), algo que ante la escalada de tensión en Cataluña se daba ya como casi imposible.

Son los resultados de la reunión con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que el jefe del Consell explicó a la salida del encuentro en Madrid. Y a los que fuentes gubernativas no pusieron ni una coma. «Es correcto», señalaron a Levante-EMV.

Aprovechar el momento. Podría ser el resumen del espíritu de la reunión entre Ximo Puig y el veterano ministro del Gobierno popular de Mariano Rajoy.

La «buena disposición» encontrada en este por el presidente de la Generalitat puede interpretarse como un mensaje de que el Ejecutivo central no quiere en estos momentos más tensiones territoriales. Al menos por ahora, para la Moncloa lo mejor es apagar un nuevo incendio sobre la financiación autonómica antes de que prenda. El tiempo dirá después si la predisposición mostrada se queda en solo un gesto pasajero.

Los más optimistas pueden además subrayar la posición de liderazgo de la Generalitat en el debate de la financiación. Las dos horas de Puig con Rajoy el pasado 7 de septiembre (era el primer líder autonómico que se reunía con él después de Íñigo Urkullu), unidas a la hora y media de ayer con Montoro (ambas citas en momentos cumbre del conflicto catalán) dan idea de que el Gobierno confiere un papel destacado a la Generalitat en este asunto.

De momento, y aunque no hay fecha para una nueva cita, Puig salió del ministerio con más resultados de los que esperaba. Hay que esperar, no obstante, que el «carácter inmediato» de la convocatoria de la comisión técnica sea tal.

A pesar de las dudas que el procés ejerce sobre la reforma de la financiación, Puig acudía con la idea de que esta puede ser parte de la solución, aunque Cataluña no quiera participar porque pasó ya esa pantalla. El jefe del Consell está «convencido» de que hay tiempo para tener el nuevo modelo este año y, tras regresar de Madrid, lo que queda en su entorno es que el Gobierno lo ve viable. El tiempo dirá.