Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ultimátum de la sequía

La situación es de prealerta en el sistema del Júcar-Turia, por lo que ya hay restricciones en los riegos de regadíos y resguardo de caudales - «No tendremos recursos hídricos si este invierno no llueve», advierten desde AVA-Asaja

Estamos en pleno otoño, pero el clima no es el habitual en esta época. Las altas temperaturas y la escasez de lluvias en septiembre y octubre -volvió a llover el miércoles después de mucho tiempo- han provocado que el verano se alargue dos meses más, con las consecuentes secuelas, siendo la sequía una de la más críticas en la Comunitat Valenciana.

La falta de precipitaciones en las cabeceras de los ríos ha sumido al territorio valenciano en una «sequía meteorológica», tal y como señala el Jefe de Sección de Climatología de la delegación territorial de Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la Comunitat, José Ángel Núñez. «Las lluvias fueron por el litoral y los grandes embalses están fuera del ámbito valenciano. Además, el inicio del año hidrológico ha empezado con un carácter seco, los chubascos fueron anecdóticos», explica. Ante esta situación, el Ministerio de Agricultura decidió prolongar el decreto de sequía hasta septiembre de 2018 en las cuencas del Júcar y el Segura.

El sistema del Júcar se encuentra en la actualidad al 25,4% de su capacidad (847 de 3.337 Hm3), según el último parte publicado por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), mientras que el de la cuenca del Segura al 14%. En junio ambos superaban el 30% de su capacidad, 31,3% para el Segura por el 37,7 para el Júcar. Este último ha ido sufriendo un descenso cada semana en la época estival, a excepción de la primera semana de agosto donde de un 31,7% se pasó a un 31,9%, un aumento que supuso un crecimiento de 6,67 Hm3.

En lo que respecta a los embalses valencianos, seis están en una situación desfavorable. En el sistema Palancia, el embalse de Algar se encuentra al 5,01% de su capacidad, mientras que en el sistema Mijares, el embalse de María Cristina está al 17,75%. Los otros tres pantanos se sitúan en el sistema Júcar-Túria, siendo el de Escalona uno de los más bajos, al 4,13%. Este embalse forma parte del subsistema Bajo Júcar junto al de Bellús y el de Tous-La Ribera, al 10,99% y 13,54% respectivamente. Por último, el embalse de Contreras, uno de los más importantes para la Comunitat, se halla al 10,16%. Por su parte, otro embalse destacado por su amplia cabida, el de Alarcón, está en una situación más liviana al encontrarse al 29,03%.

Y es que desde 2013, los embalses se están vaciando por el periodo seco que viven las cabeceras. «Se llenaron los años lluviosos y desde hace cuatro los estamos vaciando, cada año se pierden 180 Hm3», señala Juan Valero, secretario general de la Unidad Sindical de Usuarios del Júcar (USUJ). Estos datos marcan que el sistema del Júcar-Turia está en prealerta de sequía, por lo que ya se han tomado las primeras medidas como restricciones en los regadíos, resguardos de avenidas o la difusión de campañas de sensibilización con el consumo para a la ciudadanía.

«Económicamente en los cultivos de secano es un desastre y los de regadío somos, junto a la cuenca del Segura, los últimos de España en embalsamientos de agua», cuenta Juan Salvador Torres, secretario general de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja). «Aún no se manifiestan los problemas pero no tendremos recursos hídricos si este invierno no llueve», denuncia Torres, que considera que «las ayudas no sirven, hace falta invertir en infraestructuras hidráulicas».

Pero ya hay medidas para adaptarse al cambio climático en marcha como «una mejor eficiencia en los consumos, mejorar las redes de distribución para evitar pérdidas, una gestión eficiente de los acuíferos y embalses o una gestión óptima de los bosques (la superficie forestal reduce los recursos hídricos)», explica Félix Francés, catedrático de la Universitat Politècnica de València y director del Instituto Universitario de Investigación de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente. «Sequía hay hasta en Escocia, soy optimista. Los embalses están para vaciarlos pero hay que tomar medidas», concluye.

Entre las posibles soluciones, «agua desalinizada y reutilizada», indica José Antonio Andújar, presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat Valenciana (Fecoreva), «pero no se puede por el freno de las instituciones», critica. Desde esta federación se muestran preocupados porque «las aguas tienen que ser utilizables, tienen que tener calidad porque nos esmeramos mucho para conseguir el sello de calidad y así exportar nuestros productos», comenta.

Casi 70 pozos operativos

Aunque los embalses se estén vaciando, la ventaja del territorio valenciano son los acuíferos de donde se extrae «más del 50% del agua para regadios», indica Juan Salvador Torres, aunque esto supone un coste eléctrico tres veces superior al agua superficial. Con las lluvias del invierno pasado, «los acuíferos se recargaron pero la sequía atlántica hizo que se tuvieran que utilizar estos recursos», explica Bruno Ballesteros, Jefe de la Unidad de València del Instituto Geológico y Minero de España. «En los años 90 y 2000 se excavaron más acuíferos por las sequías de la época y deberían ser suficientes», cuenta Ballesteros sobre un agua subterránea que alcanza un volumen de 3.202 Hm3 al año en la cuenca del Júcar. El USUJ cuenta con 84 pozos en su término, de los cuales 69 están operativos. Una agua de la que viven la gran mayoría de los regadíos de Castelló, «el del Maestrazgo puede abarcar 350 Hm3, lo que equivale al río Turia», expone Bruno Ballesteros. Aunque parte de la provincia subsiste gracias al rio Mijares. «Tenemos la campaña salvada, pero si no llueve en verano habrá muchos problemas», cuenta Enrique Font, presidente del Sindicato Central del Río Mijares, aunque parte de sus socios tienen que repartirse al 50% el abastecimiento entre aguas superficiales y subterráneas.

Por su parte, Luis Blanch, presidente del Canal de Riego del río Túria, comenta que «estamos bien porque reutilizamos el agua de la depuradora de Pinedo, lo que nos permite ser solidarios con otras comunidades de regantes». Este es uno de los ejemplos de reutilización de los recursos, de hecho este grupo de riego lo hace dos veces al pasar el agua por sus arrozales va directa a la Albufera, de donde otros regantes se aprovechan para bañar sus campos.

Compartir el artículo

stats