Tecnología puntera al servicio de la agricultura. Dos jóvenes ingenieros de Telecomunicaciones han creado un sistema para monitorizar por satélite grandes cultivos que permite saber de forma precisa el estado de la cosecha al momento, de manera que el agricultor puede tomar decisiones que minimicen los riesgos y maximicen la producción.

«Lo que hacemos es analizar las imágenes del satélite y las combinamos con modelos agronómicos que hemos desarrollado y con algoritmos. Todo ello unido a los programas meteorológicos nos permite también predecir el crecimiento de las plantas, además de monitorizarlas», explica De Bernardis. El sistema ha monitorizado extensiones de arrozales en València y cultivos de cereales y soja en Argentina.

Además, «usamos un satélite óptico al que nosotros le añadimos un procesador y unos algoritmos para tener un radar que tiene la ventaja de que atraviesa las nubes porque con una imagen de satélite normal, si está nublado, no se ve nada». De esta forma, ningún rincón de una parcela escapa a su control. «En grandes extensiones de terreno es muy difícil controlar lo que ocurre en toda la superficie cultivada y ,con este sistema, si una parte está sufriendo una plaga o existe una falta de nutrientes, se detecta al momento y se puede actuar antes de que se extienda», razona este ingeniero. También hay cultivos, como el arroz, que se inundan, lo que dificulta conocer su estado real, indica.

El sistema está pensado para cultivos cíclicos, que se siembran y se cosechan, no para frutales ni extensiones inferiores a cien hectáreas. Es compatible con la utilización de drones y con los sensores que puedan tener ya instalados los agricultores, que se sumarían al resto de la información. La principal ventaja consiste en que, al conocer en qué estado y momento se encuentra cada zona, el agricultor puede saber qué técnicas aplicar y si es conveniente fertilizar o abonar, así como la cantidad exacta de producto que necesita cada zona, con el consiguiente ahorro de costes. «Queremos generar un mapa de fertilizado porque ya hay tractores que se pueden programar para lanzar la cantidad exacta de producto que necesita cada parte del cultivo en función de su desarrollo», adelanta De Bernardis.

Tierra en barbecho

Además de la utilidad para los campos cosechados, los impulsores de Nax destacan que también serviría a quien piense en comprar un terreno porque, al acceder al histórico del satélite, se podría analizar el comportamiento de la tierra, si ha estado cultivada, parada o en barbecho o si está agotada para cultivar. Asimismo las compañías aseguradoras podrían ser también clientes potenciales porque, en caso de litigio, podrían saber exactamente la superficie afectada por un siniestro o las hectáreas que realmente estaban sembradas.

Su idea ya ha recibido importantes reconocimientos. De hecho, el próximo 26 de octubre viajarán a Silicon Valley tras resultar seleccionados por el programa YUZZ del Banco de Santander junto a los mejores proyectos de 50 universidades españolas. Y también ganaron la última edición de los Premios Impulso de la Universidad de Alicante. «Ahora nos encontramos en el momento de testear el mercado para ver si la empresa es viable y nos está sorprendiendo la aceptación. La demanda va incluso más rápida de lo que podemos ofrecer», asegura De Bernardis. «La idea es crear una aplicación en la nube para que los clientes puedan acceder desde cualquier lugar a toda la información de su cultivo».