El Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha comenzado a tomar medidas frente a la fuerte sequía que afecta a diversas cuencas hidrográficas del país, entre ellas las de la Comunitat Valenciana. La más importante es la aplicación de una moratoria de hasta un año, sin interés, en el pago de las cuotas de la Seguridad Social a la que pueden atenerse agricultores, empresas del sector y trabajadores de cooperativas agrícolas que acrediten los efectos sufridos o la pérdida de actividad derivada de la sequía. Mediante estas medidas se permite a los agricultores y trabajadores de explotaciones retrasar hasta en un año el pago de las cuotas a la Seguridad Social correspondientes a los meses de entre julio de este año y febrero de 2018.
La aplicación de esta moratoria es efectiva desde el pasado 19 de octubre, día en el que se publicó en el BOE la puesta en marcha del plazo para presentar las solicitudes mediante los cauces habituales, entre ellos las Administraciones de la Seguridad Social correspondientes a las provincias afectadas por la sequía. Los damnificados por la falta de agua tienen un plazo de tres meses para presentar sus instancias. Teniendo en cuenta las bases de cotización y los meses que abarca la medida, cada agricultor podría aplazar el pago de entre 1.500 y 2.500 euros.
Aunque lo cierto es que este anuncio ha sido acogido con cierta tibieza por parte de los agricultores valencianos. Para Cristóbal Aguado, presidente de la Associació Valenciana d'Agricultors, la medida anunciada por el ministerio «es bien recibida», aunque no duda de tildarla como «parche» a lo que él considera un problema más enraizado en el sector agrícola: los bajos precios que recibe el agricultor que en ocasiones puede llegar a ser casi inferior al precio de producción. Esto está relacionado con que, aunque exista esta moratoria por la que los pagos a la Seguridad Social se pueden retrasar, «en el campo nunca sabemos cómo va a ser el día después. Vivimos en una inestabilidad constante en el que este ahorro de gasto puede ser un alivio, pero será momentáneo mientras no se cuide al eslabón más débil de la cadena que es el agricultor», reclama Aguado. Insiste en que esta medida es un «buen detalle» pero espera «que no sea la última».
Las zonas de cultivos de secano han sido especialmente castigadas durante el último año. Según fuentes de AVA-Asaja, las comarcas de Utiel-Requena, Vall d'Albaida e incluso Camp de Túria han visto mermadas sus producciones de forma considerable. En concreto, en la primera de ellas la producción de uva cayó en un 30 % y los cítricos en el resto de comarcas ha descendido alrededor de un 20 %. Además señalan que Alicante es la provincia más afectada y también algunas zonas del interior de Castelló. Con respecto a los cultivos que más se han visto afectados por la carestía de agua, almendros, viñedos y cítricos destacan sobre el resto.
