«Vamos mal, presidente. Ese no es el PSOE». Desde su escaño de las Corts, sin derecho al uso de la palabra, Isabel Bonig no dejó ayer de mostrar a Ximo Puig su desacuerdo con la postura expresada por este sobre la posible aplicación del artículo 155 en Cataluña. No es que el jefe del Consell dijera algo nuevo al ser interpelado por los socios de Podemos, pero sí que subrayó que estaba en la tribuna como presidente de la Generalitat y que la posición del Consell (no la del líder del PSPV) era la de no alinearse con la aplicación del 155 si Carles Puigdemont convocaba elecciones "dentro de la ley".

A la hora que ponunciaba estas palabras (sobre las 10.30 de la mañana) el escenario electoral parecía lejano, pero la situación dio un vuelco horas después para volver por la tarde, tras la muy retrasada comparecencia del presidente catalán, al punto de partida: no hay elecciones. Al menos de momento.

Sin embargo, el Consell no desespera. Mantiene la esperanza «hasta el último minuto» de un nuevo giro de las circunstancias que acabe en una llamada a las urnas en Cataluña, insistió a este diario hasta en dos ocasiones un colaborador de Puig.

Según estas fuentes, el jefe del Consell estuvo ayer en contacto con el entorno de Puigdemont, con otros líderes territoriales socialistas y con Ferraz. La conclusión es que el punto donde la situación se emboza es en las garantías de que el ejecutivo de Mariano Rajoy vaya a desechar el 155 si hay convocatoria electoral.

Oltra: "Se me escapa el concepto"

El mensaje es de mantener la esperanza, tanto en Presidencia como en Vicepresidencia, si bien Mónica Oltra deslizó ayer algún comentario crítico con Puigdemont tras la no disolución del Parlament y llamada a las urnas. "Tener la potestad para convocar elecciones, pero dejarla en manos del gobierno de España. Se me escapa el concepto de soberanía que subyace", escribió Oltra en su cuenta de Twitter.

No obstante, un alto cargo próximo a la vicepresidenta y portavoz del Consell insistía en la cautela y en no desesperar. "Por ahora no se ha producido nada aún, ni una aprobación de las medidas del 155 ni una declaración unilateral de independencia. Por tanto, hay margen para la esperanza".

Hay tiempo, pero cada vez menos. En este sentido, al Consell le preocupa el contagio que puede tener la puesta en marcha de unas políticas recentralizadoras en Cataluña. Otro elemento de inquietud, aseguran las fuentes consultadas, es la reacción de la calle en Cataluña ante cualquiera de las decisiones finales.

Precisamente, la jornada coincidió con la primera reunión en Alicante de la cúpula del Banco Sabadell desde que anunció el traslado de su sede social. Sus miembros, entre los que se encuentra Miquel Roca, exdirigente de CiU y uno de los "padres de la Constitución", estuvieron ayer pendientes de la evolución de los acontencimientos en Barcelona.

Mientras, en el arco político valenciano, de PSPV a Compromís, pasando por Podemos, Cs y EUPV, la llamada era la misma: todavía hay margen de maniobra.

El PP, sin embargo, recalcó que el 155 "no supone la recentralización" y destacó que "Puigdemont solo tiene una opción, volver a la legalidad vigente".

Ricardo Sixto, diputado de EU en el Congreso, prefirió mantenerse prudente: "Aún es evitable, pero hay que esperar".