El presidente del Consejo Valenciano de Abogados Juan José Tortajada aseguró ayer no entender cómo «tras 25 años desde la inauguración del primer tren de alta velocidad entre Madrid y Sevilla aún no se haya vertebrado el corredor mediterráneo, a pesar de su importancia económica».

El Consejo organizó ayer la segunda Conferencia de Consejos y Colegios Abogados del Mediterráneo, como continuación de una primera asamblea en Manresa (Barcelona) celebrada en mayo sobre el corredor mediterráneo, a la que asistieron 32 colegios de Abogados del Mediterráneo, y que concluyó con un manifiesto en el que «reclamaron a los poderes públicos del Estado español, la dotación presupuestaria precisa y la ejecución inmediata de esta infraestructura vertebradora de los territorios por los que discurre». Hoy sábado darán a conocer la segunda parte de este manifiesto emitido por los decanos y consejos autonómicos.

El manifiesto y las jornadas pretenden «reivindicar la necesidad de este corredor por la importancia a nivel comercial, industrial, agrícola, de exportación y servicios», pues con el corredor mediterráneo «se incrementará la productividad de la zona y servirá como base para el desarrollo de generaciones futuras», según explicó Tortajada en la apertura de la jornada.

El eje ferroviario litoral se reivindica desde hace cien años (con mayor o menor interés e intensidad) y es heredero de la antigua Via Augusta que habilitaron los romanos hace más de dos mil años, como se encargó de recordar el secretario autonómico de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, Josep Vicent Boira. «En 1918 un joven Ignacio Villalba -que llegó a ser diputado en Cortes e impulsor del Banco de València y del Central- ya escribió: 'La comunicación directa con Madrid y Portugal es aspiración que nosotros mantenemos, pero es necesario un paso previo: debemos buscar la rápida comunicación con Andalucía. Entonces el mercado andaluz y el valenciano se enlazarán y estratégicamente correrá un ferrocarril cerca del litoral mediterráneo y Valencia tendrá comercio de tránsito de Cataluña y Francia con la parte oriental de Andalucía y Murcia», señaló Boira en su intervención.

Como cien años después seguimos igual, sin conexión directa con la frontera francesa en ancho europeo, «conviene responder a la pregunta de qué es el corredor mediterráneo: es -o debe ser- un gran vector permeable a los flujos locales, enlazado con redes secundarias de comunicación con grandes estaciones (los nodos urbanos) que, a su vez, constituyan puntos de conexión de las redes menores (regionales, metropolitanas) y donde la intermodalidad entre tipos de transporte y la capacidad de absorber el tráfico de mercancías permitiera pensar en un nuevo modelo económico, alejado del monocultivo de la terciarización más banal».

Tras la apertura, la primera mesa redonda de la tarde analizó el «Corredor mediterráneo: un espacio de progreso económico, social y cultural». Antonio Esteban (Decano de los Abogados de Castelló) recordó que «si el corredor mediterráneo está en el debate es gracias a la sociedad civil». Salvador Puigdengolas (Presidente del Colegio de Ingenieros Industriales de Valencia) recordó la necesidad de saber «qué queremos que sea el corredor mediterráneo y cómo lo vamos a gestionar, sin olvidar el Cantábrico-Mediterráneo para pasar de la España radial a la circular». Cristobal Aguado (AVA) defendió la urgencia del eje ferroviario litoral porque «el sector agroalimentario sería uno de los más beneficiados porque se lograrían 17 millones de euros de ahorro del total exportado». Y, por último, Daniel Matoses Climent, presidente del sindicato CSIFCV, abogó por la «reindustrialización de la C. Valenciana que alcanzaremos si tenemos grandes infraestructuras». La jornada finalizó con el debate «Corredor mediterráneo: un mar de relaciones jurídicas» en el que intervinieron Vicente Pascual (Decano Abogados de Elx); Carlos Pascual de Miguel (notario) y Mari Carmen Boldó Roda, Catedrática de Mercantil de la Jaume I de Castelló.