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Política

Bonig se hace con el mando en València

La líder del PPCV intenta ganar visibilidad en la capital y tendrá agenda propia al margen de la gestora y los ediles investigados en el caso Taula

Bonig se hace con el mando en València

La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, es consciente de que la principal vía de agua en su partido es la ciudad de València y, tras casi dos años en el que la prudencia ha sido su principal aliada, ha decidido pasar a la acción. Hoy está previsto que comparezca en la sede del partido para dar una rueda de prensa conjunta con el portavoz del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de València, Eusebio Monzó, sobre la política de infraestructuras en el cap i casal.

El acto no es uno más de los muchos que Bonig tiene en su agenda pública. Es la primera vez que la lideresa se implica de esta manera en temas que afectan exclusivamente al ámbito local. En principio, Bonig quiere echar en cara al Govern de la Nau lo que considera una política errática en infraestructuras financiadas por el Gobierno de España.

El guion, además, tiene otra lectura. Bonig quiere ganar visibilidad en la ciudad de València, uno de los graneros de voto más importantes para el PP y, sin duda, una plaza clave para reconquistar la Generalitat. Pero estos objetivos chocan con la crisis abierta en el partido como consecuencia de la operación Taula y la imputación de prácticamente la totalidad de los concejales del PP. Bonig tuvo que disolver el partido y nombrar una gestora para asumir las riendas del partido, pero esta dirección provisional está teniendo numerosas dificultades para lanzar su proyecto y hacer frente a un grupo municipal en rebeldía.

La líder mantuvo un pulso con el antiguo equipo de la alcaldesa Rita Barberá para que dejaran el acta, pero los ediles no sólo se han resistido, sino que algunos tratan de seguir activos como representantes del PP a pesar de estar suspendidos de militancia.

El expediente disciplinario está en manos de Génova, pero la dirección nacional no tiene previsto mover un dedo hasta que no avance el proceso judicial y se dicte acto de apertura de juicio oral. Bonig puso al frente a una persona de su confianza, el diputado autonómico Luis Santamaría, quien también trata de ganar proyección y situarse de cara a la elección del cabeza de cartel, algo que tiene muy complicado.

Bonig, sin embargo, ha decidido tomar las riendas y trabajar personalmente para la proyección del partido y de su propio liderazgo en la capital. Lo hará, además, con el apoyo de Monzó, el único activo del grupo municipal, y con el que la presidenta lleva tiempo trabajando. A partir de ahora, no sólo pisará los distritos sino que se implicará personalmente en los temas claves de la ciudad. La estrategia, sin duda, escocerá a los actuales concejales y la dirección regional cuenta con ello.

Bonig quiere también que los ciudadanos pongan cara a la oposición mientras la dirección nacional toma la decisión sobre la candidatura. Génova tenía previsto resolver esta incógnita durante el primer trimestre de 2018, aunque el conflicto catalán ahora lo ocupa todo. La idea es encargar un sondeo para ver las opciones electorales de diferentes personas. Algunos sectores apuntan a González Pons pero la aspiración de Bonig es lanzar un mirlo blanco.

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