El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha solicitado a la ministra de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, una reunión para plantearle la necesidad de utilizar las desalinizadoras «al cien por cien» y permitir «riegos extraordinarios». Puig confía poder reunirse con ella en las próximas semanas, según anunció ayer, en una visita a Torrevieja.

El presidente de la Generalitat pide al ministerio que se potencie «al máximo la desalinización» y se permitan «riegos extraordinarios», por ejemplo, en la comarca alicantina de la Vega Baja mediante «un aporte» del trasvase Tajo-Segura, ante la situación de sequía que está afectando a la industria agroalimentaria.

Ximo Puig afirmó ayer que el Consell está «absolutamente del lado de los regantes» e intentando implementar medidas de «carácter estructural». Por ello, apuntó que quien tiene «posibilidad de hacer algo ya inmediatamente» es el ministerio buscando «fórmulas que están en su mano». «Es lo que le voy a pedir a la ministra en las próximas semanas», avanzó. «Le he pedido una reunión para ver de qué manera se puede dar cobertura a una situación que es estructural, pero que tiene una coyuntura terrible», matizó el presidente, quien agregó que la sequía tiene «un determinante claro que es el cambio climático y que genera un estrés hídrico».

El presidente calificó la situación como «angustiosa», más si se tiene en cuenta las previsiones del «potencial crecimiento» de la industria agroalimentaria de la Comunitat Valenciana, que tiene una «aceptación enorme en los mercados europeos». En palabras del presidente, de agravarse la situación, sería «una desgracia añadida que puede generar problemas relacionadas con el desempleo y con la falta de actividad económica cuando tenemos una posición importante en el mercado europeo».

Situación límite

Como adelantó en exclusiva Levante-EMV, La Comunitat Valenciana tiene un total de siete plantas desalinizadoras que pueden trasformar el agua salada en potable, pero cuatro de ellas no están en funcionamiento, a pesar de la fuerte sequía y de que costaron 200 millones de euros.

La Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat Valencian alertan de la situación, ya que calculan que, si no varía la situación, en diciembre ya no podrán regar. De momento, los pozos subterráneos y las aguas reutilizadas palían la situación.