La decisión judicial de encarcelar al vicepresidente de la Generalitat de Catalunya, Oriol Junqueras, a siete miembros del Govern destituidos la pasada semana por el Gobierno y ordenar la captura del presidente, Carles Puigdemont recibió la condena, aunque con matices, de los partidos del Pacte del Botànic mientras que la oposición (PP y Ciudadanos) acataron el auto judicial.

El conflicto catalán ha generado en los últimos meses tensiones internas en el tripartito por la diferente visión de cada una de las formaciones sobre la actuación del Govern de Puigdemont y la solución dada por el Gobierno de aplicar el artículo 155 de la Constitución. Las drásticas medidas del Gobierno de Rajoy han contado con el respaldo del PSOE (el senador valenciano Joan Lerma votó a favor) lo que ha creado al PSPV un problema con sus socios, especialmente con Podemos, que calificó el voto de Lerma de vergonzoso. También con la facción más nacionalista de Compromís, que criticó abiertamente el apoyo socialista a Rajoy. Estas diferencias no se vieron ayer respecto a la valoración que los tres partidos hicieron del encarcelamiento. El rechazo es general aunque con más ímpetu y por más cargos en Podemos y Compromís.

Con todo, el portavoz socialista, Manolo Mata, aseguró que se ha reventado la política, algo que atribuyó también a la actitud del presidente, Carles Puigdemont, lo que consideró «triste y decepcionante». Mata añadió que las resoluciones judiciales son revisables y aseguró que le gustaría que la condena a prisión del Govern fuera revisable por la vía judicial.

El presidente de las Corts y del Bloc, Enric Morera, aseguró que el día de ayer era triste y añadió que no debería de haberse llegado a esta situación. «Continuaremos trabajando para buscar soluciones políticas. Políticas de Estado», lanzó en una red social.

El síndic de Compromís en las Corts, Fran Ferri, añadió que según muchos juristas la decisión es una barbaridad. «Con más decisiones injustas estamos más lejos de la solución. Es triste y terrorífico», remarcó. Oficialmente, su partido, el Bloc, aseguró que usar jueces y policías en lugar del diálogo y la política nunca serán una solución. En el mismo sentido, el diputado autonómico Josep Nadal, añadió que enviar a prisión a los miembros de un gobierno democráticamente elegido es una vergüenza y una muestra de involución total». También el senador de Compromís Carles Mulet se mostró muy crítico: «Estado de derecho o estado de derecha (de extrema derecha). Qué vergüenza». El diputado nacional Enric Bataller lamentó que se asista «a la incapacidad política más absoluta, un auténtica judicialización de los problemas políticos. No es democrático. Vergüenza».

También el secretario autonómico de Justicia, Ferran Puchades, compartió con sus seguidores unas declaraciones del lehendakari Íñigo Urkullu en las que aseguraba que la prisión es «desproporcionada».

Podemos habla de involución

Mientras, desde Podemos, el senador Ferran Martínez, aseguró que la involución democrática se acelera y que la «normalidad» que busca el Estado es la prisión.

El secretario general, Antonio Estañ, calificó también de involución lo ocurrido. «Es una sentencia irresponsable y desproporcionada que muestra el uso de la ley contra los adversarios mientras que robar a los españoles sale gratis; es un día negro y hay que proteger la democracia y el autoritarismo», añadió.

Por su parte, la eurodiputada de EUPV Marina Albiol remarcó que encarcelar «al gobierno legítimo de Cataluña merece una respuesta de todos». «Que la rabia se convierta en fuerza. Libertad presos políticos», dijo.

En la otra orilla, Partido Popular y Ciudadanos se limitaron a acatar la resolución judicial y a valorar que la ley es igual para todos y que nadie puede escapar a su cumplimiento.