La concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera aumentó a una velocidad récord en 2016, alcanzando el nivel más alto en 800.000 años, según el Boletín de la Organización Meteorológica Mundial sobre los Gases de Efecto Invernadero y cuya información se basa en las observaciones del Programa de la Vigilancia de la Atmósfera Global. Los bruscos cambios observados en la atmósfera en los últimos 70 años no tienen precedentes.

La concentración media mundial de CO 2 pasó de las 400,0 partes por millón (ppm) de 2015 a 403,3 ppm en 2016, como resultado de las actividades humanas combinadas con un intenso episodio de El Niño. Actualmente la concentración de CO2 representa el 145% de los niveles preindustriales (antes de 1750), se señala en el Boletín sobre los Gases de Efecto Invernadero.

El rápido aumento de los niveles atmosféricos de CO2 y de otros gases de efecto invernadero podría producir cambios sin precedentes en los sistemas climáticos, causando «graves perturbaciones ecológicas y económicas», se indica en el Boletín.