La compañía valenciana AeioLuz ha sido seleccionada como una de las cinco finalistas del proyecto Tackle Fuel Poverty que tiene como fin encontrar las mejores propuestas en España para acabar con la pobreza energética. Este problema afecta en la Comunitat Valenciana a una de cada cinco personas -el equivalente a casi un millón de valencianos- y, a nivel nacional, a más de cinco millones de ciudadanos.

AeioLuz nació hace dos años con el fin de establecer un modelo más sostenible y eficiente para todas aquellos particulares y pymes que sufrían este problema. Para ello, como explica su coordinador, Juan Sacri, pagar las facturas de aquellas personas «que la sufren» -como realizan en la actualidad diversas entidades y organizaciones- «no es la única solución», sino «revisar y apostar por medidas de concienciación» que incluyan un «ajuste en la contratación o la formación de las personas para que puedan reducir su pobreza energética».

En esta línea, la compañía lleva un año con el «Plan de Gestión Activa de Pobreza Energética» aplicado en la ciudad de València, mediante el cual actuar en diversas ramas con el fin de reducir esta dificultad energética. Para realizarla de forma efectiva, el dirigente de la compañía valenciana señala que «hay que trabajar con los técnicos de los servicios sociales y las organizaciones que no tienen formación y mostrarles que hay otra forma de hacer las cosas» fuera del pago de facturas.

En el mismo camino, se orienta «la formación de los propios usuarios de estos servicios sociales» en aspectos de la economía doméstica. «Hasta el momento hemos atendido a 90 familias que han tenido un ahorro de media al año de 280 euros», recalca Sacri. Asimismo, en su lucha contra la pobreza energética han apostado por la creación de la «oficina verda» a la cual «vienen las familias y les ayudamos a optimizar su contrato eléctrico en 20 minutos».

Necesidad de entes públicos

El papel que juega AeioLuz a la hora de paliar estas deficiencias es importante, pero como expresa el coordinador valenciano es necesario «que se trabaje de manera activa» en las entidades públicas «como ya se está haciendo desde el Ayuntamiento de València, pasando de pagar con fondos públicos a concienciar a las personas», destaca Sacri, ya que todavía quedan muchos municipios en los que esta forma de reducir la pobreza todavía no es conocida.

Por ello y como forma de ganar visibilidad, el dirigente recalca la importancia de vencer en un proyecto como el de la Fundación Schneider Electric y Ashoca -cuyo premio consiste en doce semanas de apoyo personalizado y especializado, equivalente a 300 horas de tutoría- que «nos daría el apoyo y el poder para entrar en contacto con organizaciones que están haciendo lo mismo que nosotros a nivel estatal y europeo y compartir experiencias», a lo que Sacri añade que, «si no remamos todos en la misma dirección, no solucionaremos este problema».