Álvaro Pérez "el Bigotes" no ha perdido ni un punto de sorna, una especie de vena de artista que le llevó a ganarse a toda una generación de políticos del PP valenciano del más alto nivel.

En su comparencia en las Corts esta mañana por videoconferencia desde la cárcel de Valdemoro, el Bigotes se permitió el lujo de apremiar a los diputados hasta decirles que tenía prisa porque estaba en un curso de cocina y que si no iba lo suspendían.

Pérez, en la cárcel por el caso Fitur, no ha declarado para no interferir en las otras causas judiciales que tiene abiertas, pero ha dejado citas interesantes. Ha dicho que en la Gürtel hay una cara B del disco que es mucho más interesante que la A y se comprometió a contarla algún día. "Pasaría toda la mañana aclarándole las preguntas", le ha dicho a la diputada de Compromís, Teresa García, pero por prescripción de su abogado lo ha evitado

El socialista José Muñoz le ha inquirido para que cuente lo que ha pasado, no solo por interés público sino también por él mismo, ya que a los ojos de la ciudadanía se le ha presentado como "un delincuente que se ha aprovechado de la Administración y del PP".

"Se debe a sí mismo una declaración para contarnos lo que ha pasado", ha señalado Muñoz, quien ha lamentado no poder conocer la versión de los hechos de Pérez pues cree que tiene "información privilegiada" de la época de gobierno del PP, "que lastra el presente y el futuro de la Comunitat".

En la misma línea, el líder de la trama, Francisco Correa, considerado uno de los cabecillas de la trama Gürtel, ha asegurad que esta trama es "un montaje para hacer daño a un partido" y ha defendido que los trabajadores de Orange Market "son personas honradas, normales" y sin antecedentes penales, según recoge la agencia Efe.

En un momento de la sesión ha asegurado que las cosas no son como de dicen y que ni él ni sus socios son delincuentes, sino profesionales del marketing y su "desgracia" fue llegar a trabajar para un partido (el PP) y emplear "la misma estrategia comercial" que utilizaba en las multinacionales para la que había trabajado.

"Cómo no voy a hacer un regalo a un cliente fantástico mío. Cómo no voy a regalar unos payasos a Ana Mato o a Sepúlveda que son amigos míos", ha dicho Correa, quien ha señalado que es algo que hacen las grandes empresas y se ha mostrado seguro de que los diputados también habrán recibido regalos en su vida.

Ha explicado que hace regalos a sus clientes "como hace cualquier empresas de este país y del mundo entero" y ha considerado que si mañana alguno de los diputados de la comisión tiene un restaurante, reglará una cena a un amigo, y si tiene una tienda de ropa, le regalará un traje.

"La desgracia", ha afirmado, es que "llegamos a un partido y empleé las misma estrategia comercial", y ha señalado que el político es el que tendría que haberle dicho que no podría admitir eso, aunque ha apuntado que durante muchos años las personas con las que tenía relaciones en el PP no ocupaban un cargo político.

Ha explicado que él no es abogado sino profesional del marketing y ha destacado que hace unos años no era cohecho hacer un regalo a un empresario.

Para Correa, todo esto es "un montaje para hacer daño a un partido por otro partido a través de nuestro trasero" y ha asegurado que "en este famoso caso Gürtel no existe tanta corrupción, es mentira", sino que se trataba de "una estrategia comercial", y no entiende que hacen ni él ni Pablo Crespo ni Álvaro Pérez aquí sentados.