Mientras el alcalde socialista de Alicante, Gabriel Echávarri, aseguraba ayer que «la convicción y la fuerza de la razón» le hacen aguantar «momentos muy duros» al frente de un equipo de gobierno de sólo 6 ediles tras su procesamiento por el supuesto fraccionamiento de contratos en Comercio y su investigación por el despido de la cuñada del portavoz del PP, el secretario de Política Federal del PSOE, Patxi López, le abría la puerta de salida: «Si alguien tiene una imputación tendrá que adoptar las decisiones que corresponden».

El miembro de la ejecutiva federal de Pedro Sánchez, tras participar en València en un congreso sobre autogobierno, recalcó que el partido socialista es «muy claro en estas situaciones», pues «si alguien tiene una imputación y una acusación seria por parte de la Fiscalía e irá a juicio, tendremos, o él mismo tendrá que adoptar las decisiones que corresponden». Echávarri criticó que se le esté comparando «con casos de corrupción», cuando «no hay absolutamente nada de eso», pues «nadie se ha llevado un duro».

Mientras la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, aseguraba que la crisis en el consistorio alicantino con la imputación del alcalde no afectará al Govern del Botànic -«no hay preocupación», dijo-, el conseller de Transparencia, Manuel Alcaraz, consideró que el alcalde debería dimitir. Alcaraz añadió que respalda a sus compañeros de Compromís que han abandonado el gobierno local y apuntó que el problema se debe a «una ausencia de liderazgo, a una incapacidad para coordinar un gobierno que se ha visto agravado por una serie de sucesos que han tenido un destino judicial».

Por su parte, el secretario general de Podemos en la Comunitat , Antonio Estañ, advirtió ayer de que el conocido como ´caso Comercio´ «deslegitima» el «discurso ético» que pregona el Acord del Botànic, por lo que pidió al PSOE que se deje de «excusas» y fuerce la dimisión de Echávarri.