Cientos de personas se congregaron ayer en la iglesia Nuestra Señora de las Nieves de Monforte del Cid para despedir a Jessyca Bravo, que falleció el pasado jueves tras recibir un día antes cinco disparos a manos de su expareja, Imanol Castillo, delante del hijo de ambos en las puertas del colegio público Santo Negro en Elda.

Los vecinos de Monforte del Cid, donde vivía y trabajaba la víctima, lloraron su trágica muerte y la recordaron como una «mujer vitalista y alegre que amaba por encima de todo a su hijo y que fue muy valiente por denunciar a su pareja por malos tratos tras haberla amenazado de muerte».

Los afligidos familiares y amigos protagonizaron momentos de dolor y tristeza en el desgarrador funeral que comenzó a las once de la mañana y se prolongó durante una hora aproximadamente.

Durante la misa, el párroco, visiblemente emocionado, hizo un llamamiento a vecinos y autoridades porque «esta muerte no puede ser inútil» y «debe transformar nuestras conciencias» añadiendo que «estos son momentos para despertar y ver la agresividad y violencia que nos envuelve por todas partes».

En cuanto a la multitud de episodios de violencia machista que se están dando en la actualidad, el cura lamentó que «cuánto tenéis que soportar las mujeres: acosos, abusos, agresiones y discriminaciones» y manifestó sentirse «profundamente conmovido» en un día tan triste en el que hay que «sensibilizarnos y reflexionar». El párroco mostró su cariño a los asistentes y añadió que «ninguna familia debería pasar por esto, es una misterio cómo una persona puede llegar a este extremo».