La sequía que sufre España -repetición de la que azotó la Península entre 1993 y 1996- no es un fenómeno extraordinario porque se repite cada 20/25 años en el conjunto de España y cada diez en una provincia, como Alicante, donde por virtud de su orografía se combinan dos tipos de clima, que hacen incluso complicado de entender el porqué de la falta de agua. Una provincia que tiene dos realidades climáticas bien diferentes, como lo demuestra el hecho de que de la Serra de Bèrnia hacia el norte se hayan recogido hasta 1.600 litros por metro cuadrado en los últimos doce meses (clima Mediterráneo húmedo) y desde este punto hacia Orihuela (clima Semidesértico) tan sólo150 litros, lo que ha provocado un auténtico descalabro agrícola con cerca de 36.000 hectáreas de cultivo amenazadas de desaparición. Una misma provincia con dos realidades climáticas que comprometen seriamente su futuro porque las sequías que en el resto de España se repiten cada 25 años, en Alicante lo hacen cada diez.

El sector agrícola languidece tras agotar sus reservas por la sequía en un territorio donde en menos de 100 kilómetros se ha pasado, paradójicamente, este año, de los 1.600 litros por metro cuadrado recogidos en l'Orxa (el Comtat), a los apenas 150 litros de Orihuela.

La provincia ha perdido en los últimos 10 años un 40% del suelo fértil, lo que consolida a Alicante como la segunda provincia española tras Almería (70%) en el problema de la erosión. Un total de 94.360 hectáreas de suelo están afectadas por el proceso y otras 89.989 ha. en peligro muy alto, lo que suma cerca de la mitad de las 581.000 hectáreas de superficie que tiene Alicante. La sequía afecta a 142.000 hectáreas de cultivos, el 45% en tierras de secano, donde su único aporte es el de la lluvia, que no cae con normalidad desde noviembre de 2013.

La organización agraria Asaja-Alicante ha alertado de que las cosechas comarcas como la Vega Baja han entrado ya en situación de emergencia por falta de agua y están en peligro 21.000 hectáreas de cítricos y casi 8.000 de hortícolas. La Vega Baja representa el 53% del área cultivada en la provincia.

Los parques naturales sí se adaptan a las condiciones al formar parte del propio ecosistema y clima, semidesértico y Mediterráneo.