¿Se le tiene poco miedo a la diabetes?

A la diabetes del adulto, a la de tipo 2, se le tiene poco miedo y eso es un grave error, puede ser una catástrofe. De entrada, los enfermos pueden no necesitar insulina... no duele, no interfiere con la vida diaria... es como el colesterol alto, la hipertensión... Son cosas que si no te preocupas de ellas, de pronto te dan el susto. Ahí es donde hemos insistido.

¿Qué porcentaje de personas son diabéticas y no lo saben?

Participamos en un estudio epidemiológico a nivel nacional que se publicó en 2012. Los resultados nos dejaron sorprendidos: el 30 % de la población estudiada tenía algún tipo de trastorno prediabético. El 13,8 % entre 18 y 80 años era diabético y la mitad de ellos no lo sabían, un 6 %.

¿Se han puesto medidas?

Se ha intentado buscar los diabéticos, ir a por ellos y tratar los prediabéticos que se pueden tratar... pierda usted peso, haga ejercicio, no fume.

¿Qué porcentaje se podría evitar con buenos hábitos?

Pongamos un 25 %. Gente que están predestinados a ser diabéticos y que se podría evitar con buenas pautas. Ahora aún es más grave con la obesidad infantil en España y por primera vez se están viendo adolescentes con diabetes 2 por la obesidad y eso es brutal.

¿Terminará de calar el mensaje de la prevención o la gente seguirá prefiriendo ser curada?

Ese es el problema. En Cataluña hicieron una encuesta y los resultados eran terribles. La gente tenía un 90 % de derechos y un10 % de obligaciones con respecto a su salud: yo si me pongo malo que me curen pero... ¿yo cuidarme? ¿para qué?, ya me curarán ellos... No existe la filosofía de cuidarse y por eso estamos donde estamos. La gente prefiere comer y tomar pastillas. Lo de la dieta es una maldición.

Y todo por el cambio de estilos de vida...

La obesidad es el gatillo para que se dispare la diabetes en la gente genéticamente predispuesta. Si una persona con antecedentes consiguiera no engordar y mantener un equilibro con actividad física... pues no sería diabético. En EE UU ya lo han visto: el estilo de vida es más eficaz que las medicinas.