En la bancada de Podemos en las Corts gana fuerza una corriente, incluso ya mayoritaria, que aboga no solo por mantener el pulso hasta el final con los socios del Botànic respecto a los presupuestos de 2018, sino, llegado el caso, desmarcarse de las cuentas en la votación definitiva, lo que abriría un escenario inédito y desataría una grave crisis en el Pacte del Botànic.

Buena parte de los diputados de Podemos son partidarios en estos momentos de una vía que podría considerarse ya rupturista con el Botànic a 18 meses de las elecciones. Con las cuentas en el trámite parlamentario (ayer decayeron las enmiendas a la totalidad de PP y Cs), el rechazo frontal de los socialistas a apoyar la tasa turística durante esta legislatura, encendió a Podemos, que considera estratégica la implantación del tributo.

«Hoy se ha cerrado una puerta y difícilmente podremos llegar a acuerdos a partir de ahora», dijo el portavoz económico de Podemos, David Torres, en el pleno. «No podemos avanzar», añadió después.

Con el no de los socialistas a satisfacer a Podemos, Compromís es la formación que adopta el papel de mediador para acercar posturas entre los socios enfrentados. La coalición se muestra favorable a la aplicación del impuesto y el puente sería constituir un grupo de trabajo para analizar si se modifica algún aspecto de la propuesta de Podem. «Queda un mes y trabajaremos por la tasa», señaló el portavoz, Fran Ferri, en los pasillos. En Podemos también esperan que Compromís haga una propuesta que permita acercar posturas

Podemos es la formación con la que Compromís ha compartido candidatura en las dos últimas elecciones generales y la vicepresidenta, Mónica Oltra, sería la más afectada por una prórroga de las cuentas porque su conselleria es la que más aumento registra para 2018. Oltra tendrá que mover contactos y relaciones con Podemos para aumentar la presión sobre el partido que lidera Antonio Estañ.

A día de hoy el propio síndic de Podemos, el adjunto César Jiménez, los más cercanos a la facción anticapitalista, Daniel Geffner o Cristina Cabedo, el portavoz de Economía David Torres, e incluso los afines al anterior portavoz, Antonio Montiel, ven motivos suficientes para no apoyar los presupuestos presentados por PSPV y Compromís.

Aún falta un mes para la votación definitiva de las cuentas, pero las posiciones parecen enrocadas. Los socialistas ya han descartado la aplicación esta legislatura. El propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, es uno de los más reacios a apoyar la implantación. La recaudación de la tasa se produciría en 2018, pero apenas daría tiempo a invertir lo recaudado antes de las elecciones.

Hizo caer el gobierno balear

El portavoz en las Corts, Manolo Mata, cree que ni se dan las condiciones ni es bueno que se apruebe. Incluso subrayó ayer que en Baleares la tasa hizo caer un gobierno. Además, fuentes del Consell apuntan que Podemos no puede salirse con la suya en todos los pulsos que plantee y que el presupuesto es una negociación en la que no puede ganar siempre. Por eso, la tasa o la implantación del sistema de devolución y retorno de envases (SDDR) no tendrán cabida.

Mientras, Ciudadanos se ofreció ayer a negociar los presupuestos de 2018 para evitar lo que considera un chantaje de Podemos. La propuesta clave de Cs es la rebaja del impuesto de sucesiones, pero en el Consell la vía de negociar con Ciudadanos no está sobre la mesa. También está por ver si la dirección de Albert Rivera aceptaría apoyar unos presupuestos de un gobierno en el que participa Compromís.