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Sanidad

Ribera Salud estima que mantener la calidad en Alzira costaría 7 millones anuales

La concesionaria diseña un plan estratégico 2018-2028 pese a que perderá la gestión en abril - Ven necesario invertir 72,3 millones hasta 2028

Les quedan cuatro meses y medio al frente de la gestión del departamento de salud de la Ribera pero, aún así, los responsables de la UTE Ribera Salud II presentaron ayer su plan estratégico para los próximos diez años por boca del gerente de su hospital, Javier Palau.

Los responsables de la concesionaria tienen claro que, de no prosperar las medidas cautelares y el recurso que han interpuesto contra la decisión de no prorrogarles el contrato que expira el 31 de marzo de 2018, no tendrán posibilidades reales de aplicar ninguna de las líneas maestras presentadas ayer.

Aún así, Palau insistió en que era un «ejercicio de responsabilidad» presentar un plan estratégico en el que llevan trabajando desde 2015 y que quieren que «sea útil independientemente de que la gestión se haga de una manera u otra», aseguró Palau, que se acompañó en la presentación del exgerente de Xàtiva-Ontinyent, Sergio García y del director financiero del hospital, Santiago Ribelles.

Con esta idea de «poner deberes» al que venga detrás, el plan estratégico pretende establecer el nivel de inversiones necesarias durante la próxima década para mantener los niveles de «calidad» asistencial de los que viene haciendo gala la empresa en un intento por frenar el proceso de reversión decidido por la Conselleria de Sanidad.

Así, la empresa cifra en 72,3 millones la inversión necesaria solo entre 2018 y 2028, lo que obligaría a invertir a un ritmo de 7 millones anuales, más o menos el presupuesto «urgente» que ha previsto la administración para actualizar infraestructuras y equipamiento el año que viene ante la inminente asunción de la gestión de Alzira.

Según el detalle del plan, el grueso de los millones se lo lleva la actualización tecnológica con 30 millones de euros (se incluye hasta la compra de un robot quirúrgico Da Vinci por 2 millones de euros que hoy por hoy solo tiene en propiedad el hospital privado IMED); 29,2 millones para ampliación y remodelación de servicios en el hospital; 8,1 millones para transformación digital y casi 5 millones para construir nuevos centros de salud (rehabilitación en Carcaixent y los nuevos centros de Algemesí y Corbera) y remodelar algunos de los existentes (l´Alcúdia, Benicull, Fortaleny y Riola).

El cálculo, según Palau, se ha hecho en base a estudios «rigurosos» sobre las necesidades asistenciales que tendrá el departamento de aquí a 10 años, sobre todo por el aumento de la edad de los pacientes y sus complicaciones. Estas proyecciones auguran un aumento de las intervenciones quirúrgicas del 0,92 % hasta 2031 que hará necesarios tres quirófanos más y 68 nuevas habitaciones de hospitalización, eso sí, bajo la forma de trabajo de la privada ya que, «es evidente que los costes están en función del tipo de gestión», alertó Palau.

Pese a que la empresa no quiso poner sobre la mesa el coste que tendría para la sanidad pública ejecutar en su totalidad este plan estratégico con su dinámica de trabajo sí dejaron «pistas» de la mayor inversión necesaria en dos ámbitos: quirófanos y habitaciones necesarias.

Las 68 camas extra necesarias de aquí a 2028 se convertirían «en 212 bajo gestión directa» teniendo en cuenta los porcentajes de ocupación y de estancia media de hospitales con parecido volumen de altas como el Doctor Peset. En cuanto a quirófanos, los 3 nuevos que Ribera Salud ve necesarios para mantener el ritmo de intervenciones en Alzira, con una ratio de 1.866 cirugías por quirófano, «se convertirían en siete bajo gestión pública» y «con la misma lista de espera» ya que Alzira está «por encima del hospital público con mejor gestión, el San Joan de Alicante».

En definitiva, la «gestión que se decida para dentro de unos años tendrá un impacto en el plan estratégico», deslizó Palau o lo que es lo mismo: Sanidad deberá invertir más para «mantener la calidad».

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