? El exconseller de Educación y Cultura Ciprià Ciscar, hoy diputado socialista en el Congreso, fue uno de los promotores de la cumbre de intelectuales celebrada en 1987. Ciscar recuerda que ya un año antes la Generalitat inició los preparativos para dar al encuentro el lustre que requería y encomendó a Vicent Muñoz Suay la organización. Ciscar recuerda que hasta València se desplazaron «voces de la intelectualidad mundial muy autorizadas y aún hoy creo que 30 años después no se ha celebrado en València un congreso de carácter cultural con referentes del nivel que tuvo aquel de 1987», rememora el exconseller a Levante-EMV.

«Tuvo un gran impacto en España y en muchos otros países; se realizaron muchísimas aportaciones críticas durante los días que duró el congreso y de él salieron hasta siete libros distintos que glosaron lo que allí ocurrió. Recuerdo jornadas de amplios debates porque el que se celebró en 1937 se había visto muy limitado porque se celebró en plena guerra y fue más militante, pero en el de 1987 ya tenía posiciones diferentes lo que provocó discusiones de gran viveza», añade el ex responsable de Cultura. Ciscar no cree que aquel congreso fuera crispado o bronco, sino vivo. Respecto al episodio del desalojo del Palau de la Música (que llenaba sus dos salas) de asistentes, Ciscar recuerda que pronto se supo que no había ningún artefacto explosivo por lo que aquella amenaza de bomba quedó muy pronto en una anécdota y los asistentes salieron del recinto con total normalidad, remarca Ciscar.

Ricardo Muñoz Suay, a quien Ciscar había encomendado la dirección del congreso de intelectuales antifascistas, vivía en Barcelona, aunque después pasó a residir en València. Fue el responsable máximo del congreso de 1987 -recuerda el catedrático Manuel Aznar Soler- y quien constituyó un comité organizador compuesto por «los siete magníficos», todos ellos escritores de prestigio y de ideas distintas: Juan Cueto, Joan Fuster, Juan Goytisolo, Fernando Savater, Jorge Semprún, Mario Vargas Llosa y Manuel Vázquez Montalbán.

Algunos de los escritores invitados a este congreso de 1987 habían participado en el de 1937, por ejemplo, Ángel Gaos, Juan Gil-Albert, Octavio Paz o Antonio Sánchez Barbudo. «Este congreso de intelectuales tuvo un gran impacto y también momentos de tensión», recuerda el profesor.