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Colapso y deterioro

La fiscalía da un mes para resolver las anomalías del centro de menores de Buñol

La coordinadora de Menores advierte a Igualdad de que pedirá el cierre del recinto si no se solventan las "numerosas deficiencias" - El informe recoge casos de internos durmiendo en colchonetas en el suelo o consumiendo marihuana, entre otros

El informe elaborado por la Fiscalía de Menores tras la inspección sorpresa al centro de recepción de Buñol realizada el pasado 30 de octubre, de la que informó en exclusiva Levante-EMV, no puede ser más demoledor. La situación de caos que pudieron apreciar las dos fiscales que llevaron a cabo el reconocimiento de las instalaciones y el estado de los menores ha derivado en un requerimiento a la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas para que en el plazo de un mes se subsanen "las numerosas deficiencias" detectadas.

La Fiscalía de Menores fija un plazo de un mes, a contar a partir de la semana pasada cuando fue remitido el citado requerimiento junto con el informe, para que la dirección territorial corrija todos estos problemas; como la sobreocupación, la falta de seguridad, dejación de funciones a la hora de aplicar el reglamento de régimen interno, ausencia de sistema de detección de incendios, entre otros. En caso contrario se advierte que se instará el cierre del centro por vía judicial, según ha podido saber este periódico.

Entre las circunstancias que más llama la atención de la fiscalía en dicho informe está el descontrol en el número real de menores internos, superando claramente las 30 plazas fijadas, y desconociendo el paradero de varios de ellos. De hecho en el momento de la visita de finales de octubre había 51 menores registrados, de los cuales 46 habían dormido esa noche dentro del centro.

Esta situación de colapso ha llegado hasta puntos insospechados de no ser porque las propias fiscales los presenciaron con su ojos. Incluso tres menores estaban durmiendo en colchonetas tiradas en el suelo en zonas comunes por falta evidente de plazas. Además, pese a que ya era media mañana, uno de ellos seguía acostado dando muestras de que nadie controla si van a clase o se pasan todo el día en plan ocioso.

Asimismo, se ha comprobado que dentro de las instalaciones de Buñol es común que los menores fumen como así demuestran las numerosas colillas halladas en el suelo de sus habitaciones o en un cuarto cerrado del patio, al que acuden a fumar a escondidas. Y no sólo tabaco, sino también marihuana, como así refleja en su informe la Fiscalía de Menores.

A todo ello se suma un deteriorado estado de las instalaciones, teniendo en cuenta que tan solo lleva cuatro meses en funcionamiento. Ejemplo de ello son ventanas desencajadas, mobiliario roto o restos de comida de días atrás tirados por el suelo. Además, el sistema de detección de incendios no estaba en funcionamiento y hasta un pulsador de la alarma estaba tapado con un plato de plástico y cinta americana.

Por su parte, fuentes de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas aseguran que ya se han corregido este tipo de problemas. Concretamente la semana pasada se instalaron los extintores y respecto al hecho de que hubiera menores durmiendo en colchonetas en el suelo insisten en que sería algo puntual. Del mismo modo, destacan que ya se han incorporado los 14 nuevos trabajadores al centro: 10 auxiliares de contención, tres mediadores interculturales y un agente de igualdad a media jornada. Precisamente la figura del mediador intercultural era otra de las reclamaciones que hacía la Fiscalía en su requerimiento de la semana pasada.

Ampliación de personal

La conselleria sostiene que el número de trabajadores necesarios para el citado centro de recepción se pactó con los sindicatos antes de su traslado desde Monteolivete. Fuentes de la Fiscalía de Menores confían en que esta reciente ampliación de personal ayude a paliar las deficiencias detectadas y esperan que en el plazo fijado se haya subsanado el resto de anomalías. En este momento el cierre del centro sería un mal mayor ya que no hay alternativas posibles a la vista. Por el momento las obras del Centro de Recepción de Llíria, más moderno y con capacidad para más menores, no han comenzado, así que se espera que la solución pase por corregir los problemas que recoge el informe. Las obras correrán a cargo de la Diputación de València y el personal será costeado por la Generalitat.

Las deficiencias detectadas por la fiscalía, el Síndic de Greuges y la Inspección de Trabajo, ya se cobraron la semana pasada la dimisión de la directora del centro.

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