"Te voy a dar donde más te duele". Laurentiu Mihai D., el presunto parricida de Alzira, profirió esta amenaza a su mujer apenas 48 horas antes de degollar a la hija de ambos, de apenas dos años, en el domicilio que compartían en el número 12 de la avenida Pare Castells. Así lo reconoció ayer Victorina D.

En su declaración ante la titular del juzgado de instrucción número 3 de Alzira en la que, según ha podido saber Levante-EMV, relató cómo se había deteriorado la relación de pareja por los celos de su marido hasta que el viernes 10 se produjo un punto de inflexión con esta amenaza a la niña. Nunca antes, aseguró, le había pegado a ella -tampoco ese día- y siempre se había portado de forma muy cariñosa con la pequeña, explicó.

No obstante, ese viernes, después de varios meses en que pese a compartir techo ya hacían vida por separado, le había anunciado su intención de divorciarse. Su marido cumplió el domingo la amenaza cuando ella se dirigía a la comisaría a denunciarle. No llegó a entrar. De camino recibió la llamada de un familiar alertando de que su marido se había lanzado por el balcón.

Tanto Victorina como Laurentiu Mihai comparecieron ayer por separado en el juzgado que tramita los casos de violencia de género en el partido judicial de Alzira. La madre de la niña declaró por primera vez -la anterior convocatoria fue suspendida al coincidir con el entierro de la pequeña- mientras que el padre, desplazado por las fuerzas de seguridad desde el centro penitenciario de Picassent, tampoco quiso declarar en esta ocasión.

Imputaciones

La comparecencia sí sirvió para fijar la imputación. Está acusado de un delito de asesinato mientras que el Ministerio Fiscal solicitó que también se abra un procedimiento por un presunto caso de violencia de género, explicó la defensa.

Victorina, por su parte, detalló que la relación con su pareja había sido siempre buena hasta el pasado verano en que éste empezó a cambiar de actitud al creer que ella mantenía una relación con uno de los inquilinos del piso que ocupaba la pareja y en el que se produjo el crimen de la niña.

Es más, según su relato, él llegó a mostrarle sus dudas de que fuera el padre de la niña, por lo que ella llegó a proponerle realizar las pruebas de paternidad para despejar cualquier duda. Fuentes consultadas señalaron que la madre de la niña explicó que desde el pasado mes de septiembre ya hacían vida por separado e incluso dormían en habitaciones distintas de la misma vivienda. Cabe recordar que la hermana de la chica ya comentó tras el crimen que Victorina no se había divorciado antes de su pareja porque no podía pagar un alquiler ni un abogado.

El domingo 12 de noviembre tuvo lugar la agresión cuando ella se disponía a denunciar las amenazas en la comisaría. Laurentiu Mihai degolló supuestamente a la pequeña de dos años con la intención de vengarse de su mujer, según confesó inicialmente a la policía. Después se descolgó por el balcón del segundo piso y cayó sobre un coche. Ayer compareció en el juzgado asistido por un equipo de abogados encabezado por el decano del Colegio de Alzira, Antonio Llácer; Clara Real y el letrado que le correspondía por el turno de oficio ordinario, Carlos Catena. Tampoco quiso prestar declaración.