La pasión de Alfonso Grau por los relojes ha acabado por ser su perdición. La sección de delitos económicos de la Fiscalía Provincial de València solicita seis años de cárcel para el exvicealcalde de València en el escrito de acusación dirigido a la Audiencia de València para que Grau sea juzgado.

El Ministerio Público considera que Grau es autor de los presuntos delitos de cohecho y blanqueo de capitales por los que solicita seis años de prisión, tres de suspensión de empleo y cargo público, otros cinco de inhabilitación y una multa de 75.000 euros.

El exvicealcalde habría cometido estos delitos en las navidades de 2010 y 2011. En ambos periodos vacacionales, Grau recibió dos relojes como regalo del empresario investigado junto a él, que se enfrenta a un año de cárcel. En las fiestas de 2010, "como era costumbre", Grau recibió un reloj Breuguet Classique adquirido en la conocida joyería Rabat de València el 29 de diciembre de 2010.

Al día siguiente, el exvicealcalde de València visitó la misma joyería para adquirir un reloj de oro de caballero por importe de 25.680 euros, marca Lange. Esta nueva adquisición la abonó mediante "la devolución de un reloj de oro de caballero Breguet Classique" y una cantidad de dinero en metálico de "origen desconocido", según asegura la Guardia Civil que investigó los hechos.

La misma operativa en casi las mismas fechas se repitió un año después. El 28 de diciembre el empresario procesado adquirió un Piaget Polo 45 MM Tit AC Cromo. Doce días después Alfonso Grau visitó la joyería para entregar el Piaget y adquirir un Vachever Patrimony Contempor valorado en 16.825 euros.

La investigación realizada por los agentes del Grupo de delitos económicos de la Guardia Civil pudo confirmar que los relojes entregados por Grau como pago eran los mismos que habían sido adquiridos por la empresa contratista del Ayuntamiento de València.

Sin embargo, la versión que ofrece Alfonso Grau en su declaración judicial, a la que ha tenido acceso Levante-EMV, es muy distinta. El exvicealcalde declara ante la magistrada del Juzgado de Instrucción 19, Ana Canto, que los relojes fueron "un regalo de mi familia, en el ámbito de mi familia", sin dar más detalles.

La investigación de la Guardia Civil, sin embargo, ha permitido determinar que los relojes que aportó Grau son los mismos que adquirió el empresario investigado. Respecto al dinero en efectivo con el que pagó la diferencia de precio, Grau declaró a la jueza que procedía de su trabajo como cirujano y de su mujer, una prestigiosa ginecóloga.

"Durante 45 años hemos trabajado mucho", defiende en su declaración, aunque sin abandonar su habitual altanería. "Que yo sepa no está prohibido tener dinero en efectivo". El problema es que Grau se retrotrae a los años 60, cuando "no había ni tarjetas y en las consultas se pagaba en cheques o en efectivo" para justificar un dinero en efectivo pagado en 2010 y 2011.

Además, debían ser cantidades considerables ya que el exvicealcalde declara que tenían una caja de caudales en casa y una caja de seguridad contratada en el BBVA de la Plaza del Ayuntamiento para guardar todo el dinero contante y sonante que atesoraban y del que se deshizo antes de 2012 "cuando entró en vigor la norma de prohibir pagar más de 2.500 euros en efectivo".

Según su declaración, aceptó ante Hacienda volver a tributar por el dinero en metálico que abonó a la joyería Rabat porque "me lo aconsejó mi asesor fiscal. Y yo en aquella época aún ocupaba un cargo público y se podría haber armado un escándalo", defendió en su única declaración por estos hechos ante la jueza, en la que no quiso responder a la Fiscalía.