La cara amarga de la huelga de los examinadores es la de los miles de jóvenes que no han conseguido todavía su permiso de conducir. Vicente Ferrando, es uno de estos afectados al que el conflicto le está perjudicando en el ámbito laboral y económico. Pese a llevar «casi cuatro meses» como apto para hacer la prueba, esta todavía no ha llegad. «Cada vez que hay examen tengo que pedir fiesta en el trabajo y si al final no se hace estoy perdiendo dinero», destaca resignado. Además, Ferrando manifiesta que la huelga también le está «encareciendo en 200 o 300 euros el poderme sacar el examen de moto, el único carné que me queda». En una situación similar se encuentra Adrián López, un alumno al que la falta de oportunidades por la huelga le ha llevado a tener que rechazar diversas ofertas de trabajo. «Estoy desperdiciando ofertas por no tener coche». «Yo cada vez que me presento tengo que hacer prácticas para acordarme y cada una me cuesta 52 euros. Desde que empecé me ha costado más de 1.300 euros», recalca López.

Para Yacin Bouiali, el conflicto entre los examinadores y la DGT también tiene un apartado psicológico importante. «Juegan con los sentimientos de la gente que lo único que quieren es sacarse el carné y no puede». Además, cada vez que el examen coincide con un día de huelga «es como si todo lo que hubieras hecho no valiera para nada. Si te afecta la huelga, al final pasas y lo dejas apartado», enfatiza el afectado. «Yo entiendo que hagan huelga, pero los afectados somos nosotros».

Asimismo, en su caso, afirma que los costes del carné se le han encarecido entre «200 o 250 euros mínimo seguro» porque «con cada huelga la seguridad con el coche también se pierde».

J. Vázquez