Casi al mismo tiempo en que el Congreso aprobaba ayer, con los votos de PP, PSOE y Podemos, el concierto y el cupo vasco para el quinquenio 2017-2021, que rebaja las aportaciones al Estado de aquel territorio pese a que está sobrefinanciado, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, exigía que los territorios forales aumenten su aportación al conjunto de España.

Mientras su partido, el PSOE, avalaba el cupo, Puig reclamaba en las Corts que vascos y navarros aporten más dinero al fondo de solidaridad del futuro modelo de financiación. Además, avanzó que el Consell está dispuesto a dar la batalla para que la reforma se acometa antes de que acabe el año, lo que el Ministerio de Hacienda ya ha descartado por completo.

Pero el Consell no quiere arrojar la toalla y va a pelear dentro de sus posibilidades para que el modelo quede reformado este año.

Lo hará por tres vías. Puig quiere que los 1.325 millones de euros de más incluidos en el presupuesto de la Generalitat para 2018, reivindicativos según el Consell a cuenta de la financiación, y ficticios en opinión de PP y Ciudadanos porque no se van a ingresar, dejen de ser arma arrojadiza en la política valenciana. El presidente ha pedido a los partidos que no presenten enmiendas a estos 1.325 millones como muestra de lealtad.

El segundo anuncio del presidente ayer es para que las Corts firmen una declaración institucional que reivindique una nueva financiación antes de fin de año. Desde el Consell señalaron que se presentará para el próximo pleno y fuentes del PP apuntaron que las Corts ya han firmado numerosos documentos reivindicativos por unanimidad, pero que esperarán a leerlo para decidir si lo apoyan.

El tercer anuncio que Puig hizo ayer en las Corts es que aunque acepta el cupo vasco porque así lo contempla la Constitución es necesario que las comunidades forales colaboren en mayor medida a la solidaridad entre los territorios.

Así, detalló que las aportaciones de las comunidades forales (vascos y navarros) al fondo de solidaridad del nuevo modelo de financiación tienen que ser mayores, aunque no concreto en qué cantidad. Puig dio por buena la manifestación del pasado sábado en defensa de mejor financiación porque ha servido para visibilizar el problema, pese al "vergonzoso" ocultamiento de RTVE, que días antes sí dio voz a «neofascistas» que se manifestaban en València.

La lideresa del PP, Isabel Bonig, dijo que su apoyo era para el informe de los expertos y puso dos condiciones: que los ingresos adicionales que provengan de la reforma se destinan a política social y que no haya subida de impuestos.

Podemos planteó la necesidad de más mejoras en el parque público de vivienda y Puig respondió que han habido avances pese a las pegas a 18 leyes (entre ellas la ley de función social de la Vivienda) que ha puesto el Gobierno. "Fíese más de mí que de otros", le dijo.

Cs volvió a exigir ayer rebajas en el impuesto de sucesiones y el jefe del Consell respondió que la fiscalidad valenciana es "prudente".