El nuevo mapa concesionario de transporte público en la Comunitat Valenciana se presentó con una novedad importante. Todos los municipios valencianos estarán conectados gracias a la reordenación de las concesiones. Con un método de transporte a demanda, más parecido a los taxis que a las propias líneas de autobuses, aquella franja poblacional que hasta ahora estaba desatendida en materia de desplazamiento tendrá a su disposición un servicio a la carta en el que los usuarios tendrán el teléfono del concesionario para que acuda a por ellos. Es decir, un total de 42.918 personas de 43 municipios podrán disfrutar de un sistema de transporte público inexistente con los antiguos contratos.
Repartidas a lo largo del territorio, la mayoría de las localidades beneficiadas por las nuevas concesiones son del interior valenciano. Alicante acumula gran parte del núcleo poblacional con 35.660 habitantes, mientras que Castelló suma1.614 y València 5.644 personas que pronto podrán desplazarse sin ninguna dificultad. En la provincia valenciana, los pueblos que dispondrán del servicio de transporte público tras muchos años sin él, se distribuyen por la Vall d´Albaida.
Bellús es la localidad más al norte, limítrofe con la Costera, sin servicio diario. Con 319 vecinos, para llegar hasta el término belluser es necesario coger la N-340. A su entrada, una parada de autobús recibe a todos los coches que pasan por la carretera. Precisamente, los automóviles son los reyes del transporte en esta zona. "Yo trabajo fuera y voy con el coche a todas partes", cuenta Josefa, de 41 años. Aquí los vecinos están más que acostumbrados a desplazarse a través de sus propios vehículos o de los familiares y amigos. "Todos nos conocemos, si alguien necesita que lo lleven siempre hay alguien disponible", explica Conchín, de 68 años.
En estos municipios, en determinados segmentos de población de edad avanzada, las mujeres tienen menos permisos de circulación y son las que más necesidad tienen de usar el transporte público. "Yo tengo mi chófer -bromea-, si quieres moverte por aquí es necesario el coche", explica Encarna, vecina de Benisuera, de 87 años, mientras que Vicent de 72 años y de Guadassèquies explica que "me parece bien que haya transporte público, me hago mayor y llegará un momento en el que no pueda conducir y mi mujer no tiene permiso de circulación".
Por ello, en 2015 varios ayuntamientos acordaron junto a la antigua empresa concesionaria de la línea ´la adzaneta´ la posibilidad de que un día a la semana pasará uno de sus efectivos en dirección a Xàtiva. Así, los martes sale un autobús de Montaverner y pasa por Alfarrasí, Benisuera, Guadaséquies y Bellús aproximadamente a las 9 de la mañana y a mediodía vuelve, siendo un horario limitado y demasiado concreto. La única localidad por la que no pasa es Sempere porque «somos una veintena de habitantes y solo uno no tiene coche», cuenta Emilio Ortolá, de 89 años, y primer alcalde democrático de la localidad.
Una demanda pública
"Es una obligación de la Generalitat que tengamos acceso a transporte público; de cuatro servicios diarios hemos pasado a los del martes, tenemos un problema grave", denuncia Susanna Navarro, alcaldesa de Bellús. "Hemos tenido bastante paciencia, no podemos esperar a que se apruebe la ley, los pueblos nos morimos", expone la munícipe. La falta de transporte público regular no solo afecta a los vecinos que viven todo el año en la localidad, sino también a los que van a veranear como el caso de Tonica y Pascual. Una pareja de ancianos de València que se compraron la casa en la época de mayor tránsito y que dicen que "no pueden venir porque no hay bus desde Xàtiva", según cuenta Navarro.
Además de Bellús, los llamados como ´poblets del riu´ son de los más afectados. Para descubrirlos cabe entrar por la CV-613 por Guadassèquies. La pequeña población de Sempere aguarda entre la carretera y el embalse de Bellús y más adelante la vía cruza Benisuera para volver a la nacional con Alfarrasí como siguiente destino. «Era el trayecto que hacía ´la atzeneta´ para ir a Xátiva, pero también había otra línea llamada ´la alcoiana´ que iba desde Alcoi hasta València pero ésta solo iba por la N-340», recuerda Eliseo de Benisuera a sus 84 años.
En su momento, el autobús era el principal transporte de la zona. "Antes iba a tope, incluso en la baca se subían hasta las personas", rememora Pedro José, de 66 años y de Guadassèquies. "Las mujeres íbamos en la planta de abajo y cuando no había sitio, eran los hombres los que se subían al techo y si llovía o hacía rocío, se ponían un toldo", dice Vicenta de Atzeneta d´Albaida a sus 76 años, una población desde donde partía la antigua línea pero que "nunca se llenaba aquí, sino en ´els poblets del riu´", expone Rosa de 84 años y amiga de Vicenta.
La construcción del túnel de l´Olleria, que se inauguró hace 25 años, lo cambió todo. La línea de ´la alcoiana´ dejó de hacer el trayecto por la N-340 y ´la atzeneta´ fue perdiendo clientela con el paso del tiempo, dejando de ser eficiente la concesión.
Ahora los vecinos ya están más que acostumbrados a utilizar los coches. "Hay pocos comercios y vamos a comprar a grandes superficies con el coche", explica Patricia, dueña del bar la Parà de Alfarrasí. "A mí me es indiferente, pero la gente mayor lo necesita", cuenta Joaquín, de 55 años, y de la misma localidad. Por su parte, en Atzeneta d´Albaida -población valenciana con más habitantes sin transporte público- ya no se preocupan por estos temas porque "vamos a Ontinyent o Alcoi, la línea solo la cogían los que querían ir a Xàtiva", dice la atzenetina Vicenta.
En general, la reacción ante la vuelta del bus es positiva. Aunque muchos entienden que se quitara la línea porque que no era rentable, también piensan que es necesario que haya un servicio público de transporte para aquellos que no tienen un automóvil que los desplace.
