El aeropuerto de València hizo ayer historia. Por fin, tras el largo periodo de crisis que por momentos llegó a hundir su actividad (entre 2009 y 2014 se bajó de los cinco millones de viajeros), Manises regresa a las magnitudes de sus años dorados y logra superar la barrera hasta ahora infranqueada de los seis millones de pasajeros.

No lo consiguió ni en los años de los grandes eventos, en 2007 y 2008, con la Copa América y la Fórmula 1 ejerciendo de acelerador turístico. Eso da si cabe más importancia a la cifra celebra ayer. Los seis millones se consiguen sin el dopaje de un acontecimiento deportivo que durante días o semanas dispara la afluencia. Y se bate también en la era de la alta velocidad, con València en el mapa del AVE desde 2011, que le ha robado un millón de pasajeros al avión por el corredor Valencia-Madrid.

Es, en definitiva, la constatación de la explosión de València como destino turístico internacional, con sus 60 conexiones europeas en verano y, sobre todo, sus 54 rutas de este invierno, que consolidan a València como destino de todo el año y de gran conectividad internacional, a falta de la ansiada ruta con Estados Unidos.

Tras los datos emerge la apuesta de las grandes aerolíneas, como Lufthansa o KLM junto a sus filiales low cost, además de Ryanair, el gran dominador del aeropuerto con el 35 % del movimiento de pasajeros. El 70 % del tráfico es internacional. Y el 75 % del total se mueve en aerolíneas de bajo coste.

Tal es el crecimiento desde enero (un 15 % más) que el aeropuerto va a dejar pequeñas este mismo 2017 las previsiones que el gestor aeroportuario Aena había realizado para el año 2021. Según se desprende del Documento de Regulación Aeroportuaria 2017-2021 de Aena, la previsión para dentro de cinco años es de 6,23 millones de pasajeros. La cifra será ampliamente superada ya este mismo 31 de diciembre.

El aeropuerto, con todo, sigue bastante por debajo de su límite de capacidad. Las grandes inversiones de ampliación arrancaron hace más de una década. Esto dotó a Manises de una capacidad de 10,5 millones de viajeros al año, justo cuando la crisis económica internacional dejó al aeropuerto por debajo de los cinco millones.

Durante el pasado año, y pese al crecimiento, el aeropuerto solo ocupó en su hora punta el 67 % de la capacidad del aeropuerto. Existe margen de crecimiento para muchos años. El último esfuerzo inversor importante se produjo en 2012, ya en plena crisis, con una nueva terminal y más superficie para el estacionamiento de aeronaves.

Con todo, de aquí a 2021 Aena tiene previsto invertir 22,8 millones en Manises. El grueso, casi la mitad, llegará el último año. Se trata de proyectos encaminados a apoyo y mantenimiento (6,22 millones), seguridad de personas e instalaciones (9,2), actuaciones en campo de vuelos (2,18) o seguridad operativa (3,55). En definitiva, mantenimiento y mejora de los servicios. Si se suman las inversiones previstas para el Aeropuerto de Alicante, la cifra asciende a 70,8 millones.

El delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, celebró el de ayer como un «día histórico» y de «autoestima» para los valencianos, por la calidad del destino turístico, la recuperación económica y la mejora de las instalaciones. València tiene el décimo aeropuerto por volumen de pasajeros. Desde 2011 a 2016, se han invertido 150 millones, presumió Moragues, y ahora el objetivo es mejorar la sostenibilidad y el aislamiento acústico.