La Conselleria de Obras Públicas y Transporte no va a desviarse ni un milímetro en su política de defensa del sector del taxi, que ayer se movilizó en València y en Madrid ante la proliferación de licencias VTC (alquiler de coche con conductor).

Ni siquiera tras las sentencias del Tribunal Supremo conocidas la pasada semana, y que suponen abrir de par en par las puertas a la liberalización de estas licencias que utilizan plataformas como Uber, en Madrid, o Cabify, en València, para competir con el taxi.

Desde el departamento de María José Salvador aseguran: «La conselleria va a seguir recurriendo hasta que haya una sentencia firme sobre las licencias que operan en la Comunitat Valenciana. En caso de que sea firme y ya no puedan ser objeto de recursos, acataríamos y ejecutaríamos las sentencias».

Es una decisión importante, ya que en estos momentos hay una decena de empresas con algo más de mil licencias pendientes de sentencia. Estas empresas, de la C. Valenciana, Andalucía, Cataluña o Madrid, interesadas en operar en València, acudieron al juez tras el rechazo de la conselleria a conceder los permisos. Después de las sentencias del Supremo, el sector prevé la concesión masiva de los permisos. Sería quintuplicar la oferta: unas 1.400 VTC frente a 4.400 taxis.

El posicionamiento de la conselleria (la administración competente para conceder los permisos) va en la línea de lo que defiende el Ministerio de Fomento: «En estos momentos es imposible» que las autonomías den nuevas licencias VTC, ya que se ha superado la ratio de una VTC por cada 30 taxis que marca la ley.

Pero el ministro De la Serna también reconoció que no se pueden anular las decisiones judiciales que están otorgando nuevas licencias. Mientras tanto, y como medida paliativa, el ministerio trabaja en un decreto para evitar la especulación con estas licencias con la prohibición de venderlas en los dos primeros años tras su concesión.

Así, ante la negativa de Fomento, 20.000 taxistas (según las propias organizaciones) se congregaron ayer en la ciudad de Madrid para manifestarse por el incumplimiento de la ley. Entre ellos, más de mil provenientes de asociaciones valencianas que vivieron la manifestación de manera pacífica en su totalidad, aunque sí se sintieron momentos de tensión a las puertas del Congreso, cuando la Asociación Caracol quiso apartar las vallas que los antidisturbios habían colocado previamente para evitar que el grupo entrase en el Congreso.

Para concluir la concentración, los manifestantes se reunieron en una sentada en la Plaza Neptuno durante más de tres horas con la que, según José Juan López, secretario general de la Federación Sindical del Taxi de València, pretendieron denunciar que no están dispuestos a dejar correr más tiempo. De igual modo, López anunció posibles huelgas indefinidas en la Comunitat que serán anunciadas en el transcurso de la semana.

«Es la manera que tenemos de reivindicar nuestro derechos ante la inexistente voluntad política. No creemos justo que nos aboquen a una guerra entre dos sectores que los mismos mandos políticos han creado», lamenta López.

Seguimiento absoluto

Asimismo, en la Comunitat Valenciana se convocaron ayer veinte horas consecutivas de paro, con un seguimiento del 100 % del sector, según la Federación. Sin embargo, la Asociación Gremial del Taxi de València explicó que un 5 % de ellos, como Paco o Alejandro Ruiz, decidieron aparcar en las paradas de taxi del aeropuerto de Manises y de las estaciones de tren de Joaquín Sorolla y la del Norte para realizar una «labor informativa» y mantener unos servicios mínimos de urgencia para personas con movilidad reducida, niños o personas mayores.

Así, a pesar de haber trastocado los planes de muchos de los madrileños que llegaron ayer a València, la mayoría de ellos apoyaron el derecho a huelga de los taxistas.

«Todos tenemos derecho a manifestarnos», afirma Mar Álvarez, a quien le esperaba una compañera de trabajo que «hizo de taxista» en el día de ayer. De igual modo lo manifestaban Manuel Crespo, Lucía Carbonell y Sofía Bellido quienes, previsores con la huelga, contrataron un servicio transfer para moverse por la ciudad. Por su parte, Marina y Paz, quienes optaron por el servicio gratuito de autobús que conecta la estación del AVE de Joaquín Sorolla con la estación del Norte, comentaron que «la competencia siempre es sana», pero «bien enfocada» y siempre y cuando esta sea «leal» y cumplan todas sus partes con las «mismas obligaciones» que, argumentaron, «no es el caso».