La selectividad de este curso 2017-18 llega «sin sobresaltos», en palabras del coordinador general de la Comisión Gestora de los Procesos de Acceso y Preinscripción en el Sistema Universitario Público Valenciano (SUPV), Toni Gil.

Este profesor de Álgebra de la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló, que lleva 17 cursos al timón de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) en la Comunitat, desgranó ayer en las Jornadas de Orientación de la Universitat Politècnica de València (UPV) las claves de los exámenes del próximo junio y julio. El encuentro reunió a más de 500 orientadores de Secundaria de centros docentes públicos, concertados y totalmente privados.

Gil explicó que la comisión de las PAU, que integra a las cinco universidades públicas de la Comunitat y a la Conselleria de Educación, ya decidió en mayo pasado que la selectividad de 2018 «fuera lo más parecida posible a la de 2017». Es decir, que se mantiene el sistema en vigor desde 2010 con dos fases, una obligatoria para todos los alumnos y otra voluntaria que posibilita alcanzar el tope de 14 puntos.

La fase obligatoria consta de cinco exámenes. Son las cuatro troncales generales Castellano, Valenciano, Idioma extranjero, Historia de España, más una de las cuatro troncales generales vinculadas a la modalidad de Bachillerato que estudian: Matemáticas II (Científico), Fundamentos de Arte II (Artístico), Latín II (Humanístico) y Matemáticas Aplicadas (Ciencias Sociales).

La gran novedad de las PAU de 2018, como ya adelantó Levante-EMV hace un mes, es que los alumnos con el fin de subir nota en la fase obligatoria se podrá examinar de cualquiera de las cuatro lenguas extranjeras que se estudian (Inglés, Francés, Italiano o Alemán) aunque no la haya cursado como primer idioma. «El Portugués ha dejado de entrar en las PAU porque ningún alumno lo cursa ya en los centros de Bachillerato de la Comunitat», detalla Toni Gil.

Esta fase obligatoria vale 10 puntos y la nota mínima para que compute, como en la última PAU, no podrá ser inferior a cuatro . Al igual que en los últimos tres años, supondrá el 40 % del total de la nota de acceso a la universidad, pues el 60 % restante es la media de los dos cursos de Bachillerato.

En la fase voluntaria de la PAU los alumnos pueden examinarse de hasta cuatro asignaturas de un total de 17: las 13 troncales de opción de 2º de Bachillerato más las tres troncales generales de modalidad no elegidas en la fase obligatoria. En este caso sí que se permite examinarse de materias no cursadas. Con los cuatro puntos de esta fase se configura la nota de admisión a la universidad, cuyo máximo son14 puntos: los 10 del acceso más los 4 de la fase voluntaria.

Al igual que el curso pasado, dependiendo del grado elegido, estas troncales de opción ponderan 0,2 y 0,1 puntos. También pondera la troncal general de modalidad, que siempre vale 0,2 en las carreras que la exigen. No obstante el sistema sólo tendrá en cuenta las dos asignaturas que ponderan en las que mejor resultado obtenga el alumno dependiendo de la carrera elegida.

Otro cambio es la revisión al alza de las ponderaciones de Historia de la Filosofía, en virtud del «compromiso de la conselleria» de blindar esta asignatura, dice Gil. Así pues, en la PAU de 2018, la optativa Historia de la Filosofía «pondera 0,2 en el acceso a todos los grados de Artes, Humanidades y Ciencias Sociales y Jurídicas».

También hay que tener en cuenta un último cambio: ningún alumno del Bachillerato anterior a la Ley Orgánica de Mejora de la Educación (Lomce) estará exento en 2018 de hacer las PAU. El curso pasado, en el que se graduó la primera promoción de Bachillerato Lomce, se permitió a los estudiantes que habían repetido segundo o habían superado asignaturas pendientes de normativas anteriores acceder a la universidad directamente con la media de esta etapa. Esta vía excepcional ya no se abrirá más.