Fastidiados, pero contentos... El grado de satisfacción con la vida de los habitantes de la Comunitat Valenciana es el tercero más alto de España, con 7,1 puntos sobre 10. Un notable en términos escolares. Una felicidad que contrasta con el hecho objetivo de que el nivel de bienestar de los valencianos es el cuarto más bajo del país. Esta es una de las conclusiones de la monografía que analiza la evolución de la calidad de vida en España y sus autonomías entre 2006 y 2015 que ayer presentaron en Madrid la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).

El índice de nivel de bienestar calculado por el IVIE ofrece una aproximación multidimensional al integrar tanto el bienestar material como la salud (obesidad, tabaquismo, consumo de drogas...), la educación, la seguridad y las relaciones sociales. Parte de estos aspectos los mide mediante variables objetivas, como la renta, el empleo, los años de escolarización o la esperanza de vida. Otros, sin embargo, son subjetivos, como la salud percibida, la satisfacción con la vida o la sensación de seguridad. Esta última se extrae de la pregunta de si se sienten seguros al caminar a solas por la noche, una seguridad que perciben el 80 % de las personas, muy por encima de la media de la OCDE que se sitúa en el 69 %.

Cuartos por la cola en bienestar

El estudio destaca que País Vasco, La Rioja, Navarra y Madrid son las que ofrecen mayores niveles de bienestar, con entre 43 y 41 puntos, seguidas por un segundo grupo compuesto por Cantabria y Castilla y León, con 37 y 36 puntos. En torno a la media, en un rango que va de los 31 a los 33 puntos, figuran Aragón, Cataluña, Asturias, Illes Balears y Galicia. Por debajo de la media española se sitúan la Comunitat (27 puntos), Castilla-La Mancha y Extremadura con 24, Murcia 22, y a la cola con 17 Andalucía y Canarias.

Otro aspecto que se valora son las conexiones sociales. En esta variable los valencianos, junto a aragoneses, baleares, extremeños y murcianos están a la cabeza con una puntuación de 8 sobre 10, ligeramente por encima de la media española (7,8). El 75 % de la población española asegura que contacta con amigos una vez a la semana y el 70 % afirma que se reúne con ellos también una vez por semana. El contacto con los familiares es 3 puntos mayor que el contacto con amigos, mientras que las reuniones familiares se sitúan 5 puntos por debajo de las reuniones con los amigos.

Según los autores del estudio - los investigadores Carmen Herrero y Antonio Villar, en colaboración con Ángel Soler, técnico de investigación del IVIE- la disparidad entre los niveles de bienestar y el grado de satisfacción con la vida que declaran los ciudadanos está relacionado con que este último aspecto es de naturaleza subjetiva.

Así, inciden en que «conviene tener en cuenta que la satisfacción con la vida depende tanto de lo que se tiene como de lo que se espera; y que los datos sugieren que hay aspectos que afectan a la satisfacción de manera singular, como sucede con la salud autopercibida, que presenta una correlación mucho mayor con la satisfacción con la vida que el índice global» de bienestar.

El «Levante feliz»

Los habitantes de Balears, Cataluña y la Comunitat, que presentan niveles medio y medio-bajos de bienestar objetivo, son los que tienen una percepción más positiva de su vida (junto con los de Navarra y el País Vasco, con altos niveles de bienestar), lo que confirmaría el mito del Levante feliz. En el polo opuesto, Galicia, por encima de la media en bienestar objetivo, es la autonomía más insatisfecha.